30 junio 2001

La opinión de Pedro Guerra


El cantautor güimarero Pedro Guerra en su concierto en Güímar el 30 de junio manifestó su apoyo a nuestra Plataforma.

También, en un discurso en el Ayuntamiento, el 29 de junio dijo:

... excursiones al Malpaís, y las arenitas blancas, ese reducto de la naturaleza autóctona que debemos conservar y cuidar, para poder añadirlo a la lista de lugares especiales en el mundo, como el barranco del Río y el barranco de Badajoz... eso también es parte de nuestra identidad, y de nuestra raiz


Además, Pedro Guerra tras escucharnos y apoyar nuestro trabajo, ha sido el PRIMER FIRMANTE de la Iniciativa Legislativa Popular que propone la ampliación del Malpaís para su protección definitiva.

29 junio 2001

VI Jornadas de Patrimonio y Medio Ambiente: El Malpaís a debate.


Desde hace 7 años, coincidiendo con las Fiestas Locales de San Pedro, la Asociación Cultural Sureste de Tenerife organiza unas Jornadas de Patrimonio y Medio Ambiente enfocadas a temas locales.


Este año las Jornadas de dedican a tratar el tema del Malpaís de Güímar, tras todas las noticias que han ido surgiendo desde que en octubre del 2000 se conocieran los planes de urbanización industrial de la zona y se organizara una fuerte oposición por parte de colectivos locales, agrupados en la Plataforma en Defensa del Malpaís de Güímar y Camino de El Socorro.

VI JORNADAS DE PATRIMONIO Y MEDIO AMBIENTE

“EL MALPAIS A DEBATE”


3 y 4 de Julio 2001, 20 horas.
Salón de Actos, Casa de la Cultura, Güímar.

Programa:

3 de julio

  • 20:00 Saludo y presentación
  • 20:30 Conferencia. José García Casanova. “El Malpaís de Güímar, pasado presente y futuro de un Espacio Natural”.


4 de Julio

  • 20:00 Presentación mesa redonda
  • 20:30 Mesa redonda. Participan representantes de:
    • Ayuntamiento de Güímar
    • Asociación Mixta Polígono Industrial valle de Güímar
    • Plataforma Ciudadana en Defensa del Malpaís de Güímar y Camino de El Socorro
    • Comunidad científica


"Quien no ha pisado nunca un terreno volcánico, el que no ha caminado a través de la aspereza y quebrada superficie de un manto de lava relativamente reciente, de un verdadero malpaís, quien de repente tenga ante sí tal masa escoriácea pétrea, negra o de fuertes tonalidades amarillento-rojizas, sufrirá una de las más intensas emociones, pues todo lo que percibe le habla de terribles fenómenos, de las misteriosas y colosales fuerzas que han hecho surgir estos ardientes materiales del seno de la tierra. Por su aspecto, parecen han de conservar entre su resquebrajada masa, gases mefíticos y estar aún estas rocas a alta temperatura."

Francisco Hernández Pacheco,
en el prólogo a la Geografía General de Canarias de Telesforo Bravo, 1954.

El Malpaís de Güímar: un punto de inflexión


José María Fernández-Palacios

Director del Departamento de Parasitología, Ecología y Genética, Universidad de La Laguna



Desde hace 18 años no falto a mi cita anual con el Malpaís de Güímar. Allí llevo a mis alumnos de Biología o de Agrícolas a pasar el día, pues me parece un marco incomparable, además de próximo a la Universidad, en donde observar, entender y discutir “in situ” acerca de conceptos y procesos ecológicos desarrollados previamente en clase como podrían ser, por citar algunos ejemplos, la distribución y abundancia de las poblaciones, la competencia, la red trófica, la descomposición, la dispersión, la colonización, la sucesión, las estrategias de supervivencia, la convergencia evolutiva, y un largo etcétera, en el seno del que tal vez constituya el fragmento de matorral costero mejor conservado del archipiélago. Pero no es mi intención cansar a los lectores con un repaso de Ecología en estas líneas, ni tan siquiera de reivindicar la conservación del Malpaís desde criterios estrictamente técnicos o científicos, aspecto éste ya realizado con todo rigor por otros colegas como puede consultarse en la estupenda Página Web del Malpaís (www.elmalpais.com). Voy a tratar de hilvanar una reflexión como viejo amigo del Malpaís que me considero y sobre todo como ciudadano francamente preocupado por el futuro que se nos avecina. Los promotores de extender el Polígono Industrial de Güímar hacia el Sur del Camino del Socorro han planteado que la zona que se pretende urbanizar ya está degradada y tal vez tengan razón. Pero una zona degradada por haber sido cultivada en el pasado (como es el caso) es una zona perfectamente recuperable desde el punto de vista ecológico y paisajístico (de hecho lo hace a pasos agigantados) lo cual es un alivio frente a otras muchas zonas (amplias extensiones de las costas y medianías de las islas) que ya no tienen esa opción –sin ir más lejos en el propio Valle de Güímar– .

Si tan necesaria es la ampliación del Polígono, y dejémonos de eufemismos, aún más necesario es evitar que los poquísimos espacios costeros todavía no urbanizados del archipiélago, incluso en el supuesto de que ambientalmente no valieran nada, sucumban a la presión del hormigón. ¡Por favor, no demos más pasos irreversibles! Además, en este caso, el mantenimiento de la situación actual permitiría en un futuro que espero próximo y tras un mínimo ajuste legislativo, la protección de la extensión original del Malpaís, y no como ahora en que la protección apenas alcanza a la mitad de su superficie.

La lucha por la salvación integral del Malpaís de Güímar no es, desafortunadamente, sino un ejemplo paradigmático de la lucha por la supervivencia del patrimonio natural –y con él de la del propio archipiélago– a la que tenemos que enfrentarnos sin remedio. Las islas, por mucho que quieran algunos de nuestros políticos y empresarios, no se pueden estirar, y a diferencia de los continentes en donde siempre hay terreno disponible para casi todo, aquí hay que tomar constantemente decisiones irreversibles acerca del uso más adecuado para cualquier lugar.

Hasta ahora en la toma de este tipo de decisiones en Canarias casi siempre han prevalecido intereses particulares, casi siempre crematísticos y planteados a corto plazo, sin tener en absoluto en cuenta qué modelo de islas van a heredar nuestros descendientes en un futuro no muy lejano. El resultado de tal política creo que está a la vista de todo el mundo. Y nunca mejor dicho, Canarias como ejemplo mundial de las consecuencias de la implantación de un modelo de desarrollo económico al margen de la realidad natural del territorio: densidades de población que superan las de todas las naciones europeas (y siguen subiendo), parque automovilístico desmesurado para nuestro territorio (800 coches /1000 habitantes), dependencia exclusiva de un turismo de masas con cerca de 12 millones de visitantes al año, agricultura hundida y con nubarrones en el futuro, con la pesca más de lo mismo, dependencia exterior absoluta en energía, alimentos y clientes, inversiones exclusivamente cosméticas en el desarrollo de energías alternativas, red de espacios naturales en la picota, por no hablar de paro, inmigración, pobreza, etc. Es decir, un ejemplo perfecto de cómo no se deben de hacer las cosas. ¡Y todavía nos planteamos nuevas pistas para los aeropuertos!

¿No les parece que ha llegado ya el momento de invertir esta tendencia? ¿Vamos a esperar hasta tener la sensación de vivir en Hong Kong o Singapur? Yo personalmente creo que ha llegado la hora de ser intransigentes con los promotores, con los constructores e incluso con la mayoría de los políticos. Creo sinceramente que la lucha por el Malpaís puede representar ese punto de inflexión que las sociedades civilizadas han de saber encontrar cuando su futuro se ve, como en nuestro caso, gravemente amenazado.

José María Fernández-Palacios
Director del Departamento de Parasitología, Ecología y Genética, ULL

23 junio 2001

El Malpaís de Güimar : un ecosistema peculiar con recursos paisajísticos, pedagógicos, científicos y culturales.


Miguel Molina Borja

Doctor en Biología. Profesor titular de la Universidad de La Laguna.



El Malpaís de Güímar...! Sólo el nombre ya trae memorias de hace bastante tiempo. Cómo no recordar las primeras excursiones con mi amigo Eduardo Barquín, amplio conocedor de la flora (y también de la fauna) del archipiélago!

Aquel campo de lava, profusamente salpicado de cardones, tabaibas, cornicales, etc, suministraba tal contraste a la vista que ya era inevitable asociarlo con una intensa sensación de placer y bienestar. No puedo tampoco olvidar aquellas excursiones sucesivas, cuando con Miguel A. Peña realizábamos una serie de filmaciones (con el entonces moderno sistema de super-8!), para intentar hacer un pequeño montaje sobre las características de paisaje, botánicas y faunísticas del lugar. Ya desde entonces, muchos nos dábamos cuenta del inmenso valor que tenía aquel lugar. Luego vimos con preocupación como aparecían unos inmensos mojones de piedras pintadas de blanco, que nos hicieron presagiar lo peor para aquel lugar inigualable dentro de Tenerife. Afortunadamente, los mojones no fueron sustituidos por parcelas edificables. Y ello ocurrió gracias entre otros, a colegas biólogos que se movieron para preservar esa área de alto valor ecológico.¿Qué añadir a lo que ya se ha dicho y escrito? Si no fuera bastante con el valor paisajístico, con la comunidad vegetal característica de ese hábitat, está también toda la fauna asociada a ese tipo de substrato y de vegetación que han estudiado diversos especialistas.

Por mi parte podría aportar un pequeño granito de arena hablando de los lagartos que habitan allí. Poder vivir en ese lugar ya es una proeza. Aunque, por otra parte, es lógico que lo hagan. Las altas temperaturas a nivel del suelo, debido al color oscuro de las lavas, múltiples agujeros donde guarecerse y un mínimo de recursos alimenticios (debe ser el factor limitante de su dispersión allí), hacen que sea un lugar adecuado para estos importantes, y quizás poco apreciados, animales. Estudios ecológicos realizados hace algún tiempo y estudios en marcha en la actualidad muestran que los lagartos del malpaís han sabido adaptarse perfectamente a varios tipos de hábitats incluidos dentro del conjunto del espacio natural. El colorido de los machos es característico de esa zona, y diferenciado del que ocurre en otros lugares de Tenerife: sus manchas laterales de color azul están bordeadas de un pequeño anillo de color gris claro; ello hace que destaquen con respecto a la piel que los rodea, de color oscuro, negro en ocasiones, y ello seguramente contribuirá a que dichas manchas sean más visibles a una cierta distancia y que permitan así la comunicación con otros individuos. Las características físicas y climatológicas del malpaís deben suponer factores selectivos a los que tienen que adaptarse los animales para sobrevivir allí. Podemos, pues, considerar al malpaís como un laboratorio natural donde están ocurriendo, ahora mismo, procesos activos de selección y adaptación. Estos procesos deben verse alterados en los bordes del malpaís, dado las condiciones totalmente distintas en la periferia de este enclave, sobre todo si el espacio allí es sometido a procesos de alteración del terreno natural. Tanto los animales como los vegetales que vivan en las inmediaciones de dicha periferia pueden verse afectados negativamente. Es por ello conveniente la existencia de un cinturón periférico no alterado que pueda servir de amortiguador frente a la influencia de zonas más periféricas ya irreversiblemente alteradas por el Polígono Industrial “Valle de Güímar”.

No menos importante que los aspectos paisajísticos y científicos de este espacio natural son los usos que pueden dársele al mismo. Así, por ejemplo, viene siendo usado desde hace muchos años como recurso pedagógico, tanto a nivel universitario como de enseñanza media. Por otra parte, es también tradicional el uso de ciertas zonas del parque para actividades de pesca y caza, así como para el simple y puro disfrute de pasear por un espacio abierto sin el agobio creciente de los ruidos, la contaminación y el exceso de cemento y asfalto.

De todo lo anterior se deduce la conveniencia de mantener la Reserva Natural Especial del Malpaís de Güimar aislada de influencias que pudieran ser perjudiciales para su evolución futura, fijando un nuevo límite que coincida con el histórico Camino de El Socorro.

Miguel Molina Borja. Doctor en Biología. Profesor titular de la Universidad de La Laguna.

19 junio 2001

Datos arqueológicos sobre el Área de Sensibilidad Ecológica del Malpaís de Güímar


La Carta Arqueológica de Güímar (1994) recoge la existencia de importantes yacimientos aborígenes en la zona que hoy comprende el área protegida, pero no consta ninguno en la zona de sensibilidad ecológica.


A pesar de lo cual para este sector del malpaís se conocen diversos yacimientos arqueológicos con distinto grado de conservación (es importante tener en cuenta que no están en la Carta).

Se enumeran a continuación algunas características de estos yacimientos:

a) Un tubo volcánico de amplias dimensiones utilizado con fines sepulcrales que actualmente se encuentra muy transformado y con signos claros de expolio.

b) Un tubo volcánico de amplias dimensiones con evidencias de su ocupación aborigen como espacio habitacional. En la actualidad presenta mal estado de conservación debido, entre otros factores, a su aprovechamiento como redil hasta fechas recientes, así como por la presencia de excursionistas y expoliadores.

c) Se constata asimismo, la existencia de importantes concentraciones de materiales arqueológicos aborígenes en superficie a lo largo de toda la zona de Sensibilidad Ecológica, que ponen de manifiesto la explotación prehistórica de todo el Malpaís. El repertorio ergológico lo compone principalmente fragmentos de cerámica, restos de fauna mastológica y malacológica, e industria lítica

Además de estas unidades, sobre todo A y B, pues como tales yacimientos han de ser respetados y protegidos, conviene tener en cuenta:

  • La importancia histórica del Barranco de Chinguaro, muy transformado en esta zona, pero no por ello carente de interés, de hecho, hay restos dispersos de material aborigen en las cuevas y abrigos que se abren en este tramo del barranco.
  • Otro aspecto a destacar de este enclave singular lo constituye un conjunto de evidencias que tienen un alto valor etnográfico (majanos, bancales, una era y otros elementos de infraestructura agrícola, incisiones en las tabaibas para la extracción del ”látex”.


VALORACIÓN FINAL


Para entender el significado prehistórico del Malpaís de Güímar, debemos partir de la premisa de que nos encontramos ante un único espacio (geográfico, biológico, pero también histórico) y que de manera coyuntural se encuentra actualmente dividido en dos entidades jurídicas distintas. Lo grave de la situación es que esta fragmentación de un territorio unitario es artificial y una parte del mismo no cuenta con protección de ningún tipo.

Los yacimientos de esta zona desprotegida informan, sobre todo, de la estrecha vinculación que debe aunar a todo este territorio, es decir su actual situación jurídica vulnera una unidad histórica que debemos defender de cara a ser rigurosos con el legado.