El Malpaís de Güímar es una de las mejores muestras que existen en Canarias de los ecosistemas y hábitats característicos de las zonas bajas, con unas comunidades de flora y fauna que se asientan sobre un paisaje volcánico reciente también de gran interés. El Paraje no solo presenta valores científicos, sino también arqueológicos, históricos y etnográficos.
Este artículo es una visión general de los valores del espacio natural, centrándose en la zona protegida por la Ley de Espacios Naturales de 1994, con una serie de imágenes que intenta ser reducida pero completa.
Una información más amplia, desde un punto de vista más científico, inlcuyendo más referencias a todo el Malpaís (hasta el camino de El Socorro) además de referencias históricas, amenazas, listas de especies y comunidades, etc. se puede encontrar en: EL ESPACIO NATURAL DE EL MALPAÍS DE GÜÍMAR.
Octavio Rodríguez Delgado y José García Casanova
El Malpaís: SITUACIÓN, GEOLOGÍA, FLORA, FAUNA.
- Orígenes y geomorfología
- El territorio
- El Malpaís
- La franja arenosa
- La erosión
- El clima
- Flora y vegetación
- Franja costera
- Zona ocupada por las mareas
- Zona con influencia de la sal
- Interior del Malpaís
- Tabaibal
- Cardonal
- Franja arenosa
- Otras comunidades
- Fauna
Orígenes y geomorfología
En el Malpaís vemos a grandes rasgos dos elementos importantes: cerca de la costa del valle de Güímar, un cono volcánico llamado Archaco, Montaña Grande o Montaña del Socorro y un campo de lavas que llegan hasta el mar asociadas a este cono, ambos elementos probablemente pertenecientes al mismo período. Antes de analizar el Malpaís en sí hay que señalar que Montaña Grande no es un caso de volcanismo aislado, sino que se encuentra alineada con otros dos edificios volcánicos: Montaña del Corral y Montaña de los Guirres, todos ellos en la zona costera del Valle muy cercanos entre sí. Es interesante considerar que seguramente estos conos modificaron el trazado de los barrancos en esta zona, sepultándolos, con lo que se alteró también todo el sistema de escorrentía, transporte y deposición de los barrancos del Valle.
Este proceso es la causa probable de la formación de gran cono de deyección del Valle de Güímar, alimentado principalmente por los barrancos del Río y Badajoz.
La importancia de este cono de deyección está en los depósitos de aluviones formados por arenas y piedras con profundidades de hasta 80 metros. Actualmente se concentran en esta zona las canteras de áridos más importantes de Canarias. Se calcula que más del 80 por ciento de los áridos (arenas, gravas, etc.) usados en Tenerife en la construcción proceden de estos depósitos. Las actividades de extracción y machaqueo han causado enormes socavones y alteraciones del relieve de la zona, lo que constituye un problema paisajístico y medioambiental.
Arriba, grabado de Williams, s.XIX, donde vemos los tres edificios volcánicos de la costa del Valle de Güímar, Archaco o Montaña del Socorro, Montaña del Corral y Montaña de los Guirres.
Abajo, desde La Ladera identificamos los mismos volcanes, además de las Morras del Corcho, pequeñas bocas anexas a la Montaña del Socorro. Es significativo observar cómo los tres conos han sido agujereados o cortados, para extraer “picón” o lapilli destinado a la construcción en el caso de Montaña del Socorro, para ganar terreno para cultivos intensivos en Montaña de los Guirres y para construir una vía de incorporación a la autopista TF-1 en el caso de Montaña del Corral.
Territorio
El territorio del Malpaís de Güímar comprende un gran cono volcánico, Archaco o Montaña de El Socorro y el campo lávico asociado que discurre en forma de abanico hasta el mar. Los materiales volcánicos que lo forman son basálticos y de una edad inferior a los 10.000 años, es decir, se trata de un malpaís relativamente joven.
También podemos encontar algunos pequeños enclaves volcánicos más antiguos que no fueron totalmente sepultados por las erupciones posteriores, y que afloran como islotes en varios lugares: por ejemplo la Montaña de la Mar, las Morras del Corcho o la Montaña Testigo.
El malpaís está dominado por un gran cono volcánico: los aborígenes y los pobladores del valle hasta el siglo XIX la llamaban Archaco, ahora se conoce como la Montaña Grande o Montaña del Socorro, con 278 metros sobre el nivel del mar. Es un cono formado por la acumulación de piroclastos de varios tamaños y formas: desde lapilli (conocido en Canarias como picón) hasta escorias y bombas volcánicas. Tiene un cráter de unos 300 metros de diámetro y 50 de profundidad. Debido al viento dominante en el momento de la erupción, los materiales se depositaron en mayor cantidad a sotavento, con lo que el volcán tiene un característico perfil asimétrico.
Estos materiales también se encuentran en otras zonas cercanas. De hecho, en el flanco Oeste del cono se hicieron algunas extracciones de picón, que han dejado huellas imborrables en él, y que nos permiten apreciar la extrema fragilidad de esta montaña de cenizas cubierta con una fina capa de tierra aportada por el viento.
Borde del cráter de Archaco, con comunidades de cardonal-tabaibal, balos, etc. Al fondo de la imagen vemos La Ladera de Güímar.
Volcanes de los que parte el Malpaís de Güímar, que se extiende hacia el mar. Al fondo vemos el macizo montañoso de Anaga.
Costa del Malpaís con las lavas aún entrando violentamente en el agua después de 10.000 años, en una vista desde la cima de la Montaña de la Mar en dirección sur.
El Malpaís
El Malpaís es el nombre que se da a toda la zona cubierta de coladas de lava. Su origen es emisión por fisuras desde el pie de la Montaña Grande avanzando hacia el mar, siguiendo la pendiente. Este proceso efusivo probablemente fue ligeramente posterior al explosivo.La superficie de lavas no es homogénea, debido a dos factores: la fluidez de la lava y la topografía previa a la erupción. Debido a esto se pueden distinguir principalmente dos tipos de coladas de lava, que corresponden a los conocidos como lavas pahoehoe y lava aa.
Las lavas pahoehoe son poco rugosas y casi lisas y en el Malpaís de Güímar aparecen sobre todo cerca de la base del cono, junto a los centros de emisión. La forma de estas coladas se explica porque la lava tiene bajo contenido en gases, con lo que es de menor explosividad y no se fragmenta y también a que discurre por zonas con menor pendiente y por tanto su velocidad es lenta y hay menos roturas.
En el Malpaís de Güímar vemos numerosos ejemplos de lavas cordadas, de este tipo y semejantes a cuerdas: al enfriarse la capa externa de la lava, el interior, que está caliente todavía, mueve esta superficie y la arruga.
Dependiendo de la fluidez de las lavas encontramos campos de lava caóticos y dificilmente transitables (malpaises) o lavas cordadas que se asociacian generalmente a redes de tubos volcánicos subterráneos: hay multitud de ellos de tamaños muy variables. Son estructuras formadas por el enfriamiento de la superficie de la colada mientras que el interior permanece fluído. Si cesa la emisión de lava, ésta desaloja el tubo formado. Si se desploma el techo de estos tubos, con un hueco llamado jameo, se puede acceder al interior.
En este malpaís hay numerosos ejemplos de tubos y jameos. Uno de ellos, la llamada Cueva Honda o Cueva de los Burros, tiene un recorrido de unos 150 metros y altura variable de hasta 5 metros que permite su recorrido a pie. En estos tubos podemos observar formaciones de estalactitas de lava al gotear ésta desde el techo.
La importancia de estos tubos no es sólo geológica: también albergan formas de vida singulares, especialmente insectos adaptados a vivir en la oscuridad y en algunos casos han sido lugar de yacimientos arqueológicos, como enterramientos guanches.
Aunque la mayoría de los materiales volcánicos pertenecen a la misma época, llamada técnicamente Serie IV, hay algunos puntos donde surgen materiales más antiguos, que no quedaron del todo sepultados por la erupción de Montaña Grande. Son los llamados terrenos de la Serie III: las Morras del Corcho: unas pequeñas elevaciones junto a la base de la Montaña Grande en su lado Este; la Montaña de la Mar: un acantilado en la costa y un punto más en el interior del campo de lavas, conocido como montaña testigo.
Interior del tubo volcánico de la Cueva Honda. Los trazos de luz son debidos a linternas usadas para moverse por la oscuridad (total) de la cueva e ir disparando un flash múltiples veces para iluminarla. Como detalle técnico destaca la capacidad de absorber luz del interior de estos tubos.
Corteza de lava con una rotura dejando ver una pequeña burbuja o quizas el inico de un tubo. A esto se le llama un jameo. Se encuentra en la zona de la base de la Montaña del Socorro.
Cráneos de burro en el interior de la Cueva Honda. La existencia de cultivos, sobre todo de tomate, cercanos a la cueva motivó que se usara como muladar y de ahí que localmente también se la conozca como La Cueva de los Burros.
La franja arenosa
Las mareas vivas y las corrientes submarinas traen cada año, hacia septiembre u octubre, grandes cantidades de arenas que provienen de depósitos submarinos frente al vecino caserío de El Socorro, a la playa de La Entrada que pasa en cuestión de un par de días de ser una costa de grandes callados a convertirse en una enorme playa de arenas negras. Desde allí son arrastradas lentamente por los vientos alisios dominantes hacia el interior del Malpaís, hasta que las mareas arrancan de nuevo la arena y devuelven a la playa su aspecto más habitual. Por tanto la playa puede ser de arena entre uno o dos meses al año.La arena arrastrada por el viento va desplazándose centímetro a centímetro hasta llegar a la base de la Montaña Grande, ocupando una ancha franja que ha dado lugar a un ecosistema singular de gran interés, habitado por una fauna y flora muy distintas a la del resto del Malpaís. Resulta impresionante recorrer el límite entre esta franja de arenas y las lavas: en cuestión de un metro cambia el ecosistema de manera tajante.
Zona de arenas junto la base de la Montaña del Socorro, en su lado sur, cerca del barrio de El Puertito. Al fondo vemos la Montaña de los Guirres.
Playa de La Entrada, junto a El Socorro, hacia el mes de noviembre, cuando las corrientes la llenan de la arena que empieza ahí su viaje de años a través de la franja arenosa hasta llegar a la Montaña del Socorro. Al fondo, Montaña del Socorro, Morras del Corcho y más lejos, Ladera de Güímar.
Zona de arenales cercana al Camino del Socorro. Al fondo, arco iris en los montes de Arafo. A la derecha, toma muestras de suelo.
La erosión
En este conjunto volcánico, de menos de diez mil años de antigüedad, prácticamente no se aprecian procesos erosivos. Las lavas resisten muy bien la acción de las lluvias, debido a su gran permeabilidad, con lo que éstas no las afectan.
El viento tampoco ejerce un papel erosivo, aunque sí como medio de transporte de arenas. Por último hay que señalar la erosión producida por el oleaje en algunas zonas de la costa del Malpaís, redondeando las formas de la lava.
El clima
Hay dos factores importantes que influyen en el clima: la acción del mar, que suaviza las temperaturas y los vientos dominantes, los alisios, sobre todo en verano.
Las temperaturas máximas y mínimas no presentan grandes diferencias debido a la influencia del mar, al calentarse y enfriarse más lentamente que la tierra. El mes más frío es Febrero y el más cálido Agosto, con unas diferencias de unos 7 grados. La temperatura media anual está en torno a los 19,5 grados.
Las precipitaciones son muy escasas, con un máximo en invierno, caracterizado por lluvias irregulares e intensas con ocasión de borrascas y un mínimo en verano. Se puede decir que entre Mayo y Septiembre hay una sequía absoluta, mientras que las lluvias se concentran entre Octubre y Abril.
Sin embargo, la cercanía del mar y los alisios mantienen una humedad relativamente alta, en torno al 70%
La insolación es muy elevada, con nubosidades muy escasas. Está en torno a las 2500 horas de sol anuales.
Los vientos dominantes son los alisios de dirección NE. También con cierta frecuencia hay alteraciones causadas por la llegada de vientos de Africa, o calima, conocido como tiempo sur.
La cercanía al mar hace que normalmente haya brisas que durante el día van tierra adentro y por la noche en sentido opuesto.
En resumen, las condiciones son las de un verano prolongado con unas condiciones entre esteparias y desérticas, dentro de una gran aridez.
Estas condiciones climáticas, junto a la geomorfología condicionan la flora y vegetación que se pueden establecer en el Malpaís
Flora y vegetación
En el Malpaís de Güímar, la flora y vegetación existentes corresponden principalmente a comunidades de cardonal-tabaibal, aunque en una observación más detallada podemos encontrar otras comunidades minoritarias pero igualmente interesantes.
Toda la vegetación en general está condicionada por determinados factores. Se pueden considerar varias zonas, para así describirlas mejor.
- Franja costera
- Zona ocupada por las mareas
- Zona con influencia de la sal
- Interior del Malpaís
- Tabaibal
- Cardonal
- Franja arenosa
- Otras comunidades
Franja costera
- Límite de la pleamarEn la zona cubierta por el mar, bien sea sólo en la pleamar o de manera continua, encontramos diferentes especies de algas, según estén adaptadas a desarrollarse en callaos, charcos, cantiles, cuevas, etc.
Estas especies no tienen nombre vulgar preciso, salvo "mujos", etc. Se encuentran clasificadas hasta 92 especies diferentes, pertenecientes a cuatro grandes divisiones: cianobacterias o algas verde-azules; algas verdes; algas pardas y algas rojas.
A pesar de la dificultad para los profanos en identificar las distintas especies con exactitud, creemos que una observación directa detallada puede resultar de gran interés y revela ya la gran riqueza en formas, colores, características, etc en esta franja litoral.
Costa del Malpaís cercana a Montaña de la Mar con comunidades de algas.
Costa del Malpaís cercana a al Puertito de Güímar. Al fondo vemos el final de La Ladera adentrándose en el océano.
- Zona halófila o bajo la influencia de la sal que viene del mar.
Por encima de la línea de la pleamar, y dentro de la zona de influencia del aire marino cargado de sal, se puede encontrar una franja de plantas halófilas o adaptadas a la sal.
Aquí podemos ver especies más fácilmente identificables.
Una de las especies principales es la lechuga de mar (Astydamia latifolia), de tamaño pequeño, color verde claro intenso y como indica su nombre muy parecida a la lechuga, vive sobre zonas de guijarros acantilados y plataformas costeras donde llegan las salpicaduras del mar, en fisuras de rocas con poco suelo. Junto a ella podemos ver el tomillo de mar (Frankenia laevis, subsp. capitata), de tamaño más pequeño o la siempreviva de mar (Limonium solandri), de flores de color violeta.
También en esta zona pero sobre otro tipo de suelo, con arenas orgánicas, de origen animal, como por ejemplo en la zona llamada Las Arenitas, podemos encontrar otra especie importante: la uva de mar (Zygophyllum fontanesii), un arbusto pequeño de frutos en racimos parecidos a las uvas.
Interior del Malpaís
En general, podemos decir que la mayor parte del Malpaís está ocupada por dos grandes comunidades: tabaibal y cardonal, con un dominio alternativo de una u otra y zonas de transición entre ellas, además de otras zonas de sustitución.Cardonal-tabaibal característico, con mezcla de especies.
- Tabaibal
La comunidad más extendida es el tabaibal dulce, en el que predomina la tabaiba dulce (euphorbia balsamÌfera) acompañada de otras especies como el cardoncillo (ceropegia fusca), romero marino, gualdón, jarilla, etc.
Esta comunidad representa la etapa de madurez de la vegetación en esta zona del Malpaís y en general de medios de las mismas características de la isla.
La tabaiba dulce es un arbusto de tamaño más bien pequeño y bajo, de forma redondeada. Durante todo el verano permanece sin hojas y en invierno, tras las primeras lluvias rápidamente desarrolla pequeñas hojas, flores y fructifica. Los frutos son pequeñas cápsulas redondeadas que al madurar explotan proyectando las semillas a varios metros. Sus gruesos tallos son un auténtico almacén de agua. Su color es más bien rojizo-marrón, variando ligeramente a lo largo del año. La falta de hojas en verano y las características de sus tallos son adaptaciones a la escasez de lluvias. La tabaiba dulce es capaz de resistir condiciones especialmente duras de sequedad. Al hacerle una incisión o partir un tallo vemos que destila un líquido lechoso o látex. Este látex, una vez seco tiene una consistencia gomosa, se sabe que era empleado por los guanches con fines medicinales, y ha tenido otros usos históricos. En zonas muy ventosas las tabaibas se protegen del viento aplanándose y adaptándose al terreno. Sin embargo, en otros lugares podemos ver tabaibas dulces más altas, si las condiciones lo permiten.
Tabaiba echando las primeras hojas tras las lluvias.
Tabaibal de tabaiba dulce junto al mar
Predominio del tabaibal en un momento de máxima exhuberancia, en invierno.
El cardoncillo es una planta de tamaño pequeño y color blanco, con una forma característica de pequeños tallos cilíndricos y verticales divididos en secciones, que recuerdan a un cardón, de ahÌ su nombre. Al igual que la tabaiba dulce su falta de hojas y su tallo carnoso hacen que resista muy bien la falta de agua. Sus flores son de color morado y amarillo y forma llamativa. Se reproduce por semillas pero también por esquejes, y una forma característica de su desarrollo es que los tallos largos, en contacto con la tierra generan nuevas raices de manera que forman una nueva planta en contacto con la original.
Cardoncillo cercano a la Cueva Honda.
- Cardonal
Esta comunidad se encuentra por encima del tabaibal dulce y más alejada de la costa, subiendo incluso por el cráter de Montaña Grande.
Predomina en esta comunidad el cardón (Euphorbia canariensis) acompañado por una rica variedad de plantas: cornical (Periploca laevigata), tasaigo (Rubia fruticosa), esparraguera (Asparagus umbellatus), tabaiba amarga (Euphorbia broussonetii), balillo (Taeckholmia microcarpa).
Esta comunidad, al igual que el tabaibal dulce en su zona, representa la madurez del ecosistema en esta franja.
El cardón, suele ser visto por el profano como un "cactus" aunque pertenece a las euforbiáceas. Es una planta que alcanza gran tamaño, sin hojas, formada por una estructura de tallos de cuatro o cinco lados, agrupados en una masa circular, con grupos de espinas en las aristas. Su color es verde claro.
El cardón segrega un látex blanco, muy tóxico por ingestión y también por contacto con la piel o las mucosas. Este látex es un medio de defensa de esta planta, junto con sus espinas.
Las flores del cardón son hileras de glóbulos rojos que surgen a lo largo de sus aristas.
También es muy característico su crecimiento: en los tallos podemos observar fácilmente las líneas que marcan los crecimientos anuales, separadas por cambios del color verde. Estas líneas nos pueden indicar la edad del ejemplar de forma aproximada, pero también observando la longitud crecida cada año podemos tener una idea aproximada de las condiciones climáticas de ese año en concreto. En efecto, los años más benignos el crecimiento es mayor y así encontramos franjas muy desiguales.
El aspecto exterior de un cardón maduro recuerda a una fortaleza, y no es casual ya que realmente sirve de refugio a toda una serie de otras especies, tanto contra los depredadores como contra el viento, el sol, etc.
Una de estas plantas que se asocian al cardón es el cornical. Es una trepadora, que usa los tallos del cardón como base. Tiene hojas largas y estrechas y sus frutos tienen forma de dos largos cuernos, de ahí su nombre.
La esparraguera es otra trepadora de hojas finas y verde oscuro. También usa al cardón como refugio, y de hecho no la encontramos normalmente aislada.
Cardonal cercano al Puertito de Güímar
La característica y abstracta flor morada del cardón, que en este caso está mezclado con ramas de cornical.
Dominio del cardonal, en la zona cercana al Puertito de Güímar.
El balillo es una planta pequeña de hojas muy finas y largas, semejantes a una cabellera, que puede aparecer aislada o bien dentro de cardones, alcanzando entonces mayor altura.
La tabaiba amarga tienen una forma parecida a la dulce pero con importantes diferencias. El color de los tallos es más bien verdoso, su porte es más alto y más que semiesférica su forma es cónica. La encontramos también en esta zona más alejada del mar. El látex de las tabaibas amargas es muy peligroso y tóxico por ingestión y también por contacto con la piel o mucosas, por lo que se deben tomar precauciones a este respecto. Esta toxicidad es un mecanismo de defensa. Al igual que la tabaiba dulce, tiene varias adaptaciones a la sequedad, como el escaso tamaño de las hojas, su pérdida en verano, el almacenamiento de agua en los tallos, etc.
- Franja arenosa
Ya se ha mencionado en la parte correspondiente a geomorfología que la acción combinada de las mareas de invierno y los vientos alisios han hecho que exista una importante franja de arenas que procedentes de la playa de la Entrada llegan hasta Montaña Grande.
Gramíneas sobre la franja arenosa
Sobre esta franja encontramos una vegetación distinta: lo que se conoce como una formación gramínica pseudoesteparia. Allí podemos ver cerrillos (Hyparrhenia hirta), panascos (Cenchrus ciliaris), corazoncillos (Lotus sessilifolius), ahulagas (Launaea arborescens), tomillo de burro (Micromeria hyssopifolia) o balo (Plocama pendula).
Cerrillos y panascos son pequeños arbustos de gramíneas con tallos espigados y color amarillo. Los corazoncillos son plantas tapizantes de tamaño pequeño que se extienden por el suelo de forma más o menos circular con finos tallos verde claro y con flores rojas en forma de corazón. Las ahulagas son arbustos pequeño-medianos de tallos espinosos y retorcidos en forma de bola con pequeñas flores amarillas.
Comunidades de gramíneas asentadas en los arenales de la base de Montaña Grande, en su vertiente sureste.
- Otras comunidades
Líquenes
En los campos de lavas las primeras especies que se establecen son los líquenes. En el Malpaís se encuentran más de 60 especies. Algunas de ellas son halófilas y dominan en la franja cercana al mar mientras que más al interior las comunidades de estas plantas son más ricas. En las grietas, huecos, etc. de las placas de lava aparecen nuevas especies con mayores necesidades de humedad, etc.
Todas estas especies en general tapizan las rocas con diversos colores: naranjas, verdes, grises, etc. dando una fuerte nota de colorido a las extensiones de lava negra.
Algunas de estas especies son Caloplaca gloriae, Xanthoria resendei, Lecanora sulphurella, Dimelaena radiata, Buella lactea, Chrysothrix chlorina, etc.
Comunidades nitrófilas
En los lugares del Malpaís que han sufrido alteraciones, como pueden ser campos abandonados, bordes de veredas y pistas, escombreras, etc. aparecen comunidades vegetales nitrófilas, compuestas por especies invasoras. Entre estas especies encontramos por ejemplo: Barrillas (Messembryanthemetum crystallini), con hojas cargadas de agua que tapizan los suelos con una alfombra rojiza con destellos plateados, que en verano se vuelve verdosa; cenizos (Chenopodium murale); ahulaga (Launaea arborescens); tabaiba amarga (Euphorbia broussonetii); balo (Plocama pendula), veneneros (Nicotiana glauca); vinagrera (Rumex lunaria); magarza (Argyranthemum frutescens); incienso (Artemisia thuscula) o tartaguero (Ricinus communis).
Fauna
En el Malpaís de Güímar se encuentra una gran cantidad de especies, sobre todo invertebrados, aunque también existen algunos vertebrados.
Invertebrados
Representan la mayor riqueza faunística en este medio, aunque en una observación superficial pasen casi desapercibidos. Dentro de estos los más importantes son:
- Moluscos
Hay cuatro especies endémicas
- Especies del medio cavernícola
Adaptados a la vida en un medio caracterizado por la falta de luz aparecen en los tubos volcánicos diferentes especies, entre las que podemos destacar a un arácnido (Dysdera propinqua) que endémico de Tenerife tiene aquí su localidad típica.
- Lepidópteros (mariposas)
Predominan las mariposas nocturnas, aunque también hay varias especies diurnas.
- Himenópteros (abejas, abejones, avispas y hormigas)
Encontramos varias decenas de abejas y avispas, además de cuatro especies de hormigas. Las abejas y avispas se mueven en todo el malpaís, actuando como polinizadores de muchas de las plantas. Especialmente nidifican en la franja arenosa, con lo que estas arenas adquieren una importancia añadida de manera indirecta al favorecer la polinización de especies situadas en todo el Malpaís.
- Coleópteros (escarabajos)
Son los insectos más ampliamente representados. Se han identificado más de cien especies. La mayorÌa de ellas viven sobre las plantas más típicas, como las tabaibas o cardones, sobre todo en su proceso de descomposición, tanto alimentándose de restos de la planta como de larvas de otras especies, pulgones, etc. También hay otras especies que se adaptan a la vida entre las algas, en zonas humanizadas, etc.
Vertebrados
En el Malpaís se encuentran básicamente aves, reptiles y algunos mamíferos.
Dentro de los vertebrados el grupo más amplio son las aves. dentro de estas existen: Curruca tomillera, bisbita caminero, cernícalo, canario, camachuelo trompetero, búho chico, vencejo unicolor, tórtola, perdiz moruna, alcaudón real, gaviota argéntea, charrán común, chorlitejo grande, vuelvepiedras, zarapito trinador, chorlitejo gris, andarríos chico, o pardela cenicienta.
Dentro de los reptiles encontramos en este ecosistema lagartos, perenquenes y lisas.
Por último, los mamíferos que existen en esta zona son todos introducidos, como el erizo moruno, el conejo, ratas y ratones. Dadas sus características estas especies foráneas pueden representar amenazas para el ecosistema.
Textos: Extractos de:
- José García Casanova y Efraín Hernández; folleto “Malpaís de Güímar”, 1994. Servicio de Educación y Concienciación Ambiental, ViceConsejería de Medio Ambiente, Gobierno de Canarias.
- Pedro Millán y Pedro Valladares; libro “El Socorro”, Asociación Cultural Patrimonio de Güímar,1996.
- José Mesa, 2000.
Grabado: J. Williams.
Todas las fotos: José Mesa CC.1989-2000.
No hay comentarios:
Publicar un comentario