Desde el camino del Socorro hacia el Sur empieza el Malpaís de Güímar. Este Espacio está desigualmente protegido. Si bien la zona cercana al Puerto de Güímar tienen protección desde 1987 y posteriormente se amplió parte de esa protección a la franja de arenas, actualmente los planes del Ayuntamiento de Güímar y Polígono Industrial incluyen la destrucción de una amplia zona de paisajes bien conservados y otros que a pesar de haber estado cultivados en determinados períodos de este siglo, recuperan rápidamente su estado natural.
En esta página se realiza un recorrido fotográfico por el entorno del Barranquillo de Chinguaro a su llegada al caserío de El Socorro, discurriendo paralelamente al Camino del Socorro, a unos escasos 50-100 metros de éste.
Todo lo que se muestra en estas fotografías hubiera desaparecido debajo de vías asfaltadas si el Polígono Industrial hubiera llevado a cabo sus proyectos previstos de ampliación.
En verde: zona aproximada de las fotos de esta página
En rojo: planes de ampliación del Polígono Industrial en 1999.
Mirando hacia el suroeste, el Barranquillo forma un paisaje único con el cráter de Montaña Grande al fondo. Todo el cauce está cubierto de un tabaibal-cardonal bien conservado, salvo vertidos de escombros en algunos puntos.
Los alrededores del Barranquillo son una isla de cardonal-tabaibal en el borde de la influencia del transporte de arenas desde la playa de La Entrada, que se puede ver en último término.
El Barranquillo discurre por un lecho de basalto, redondeado y pulido por la acción del agua a lo largo de los últimos 10.000 años. Tanto el conjunto de especies de flora y fauna como los paisajes constituyen una singularidad dentro del Malpaís de Güímar.
Muy cerca del Barranquillo se pueden ver sus principales amenazas: las construcciones del Caserío del Socorro, que han destruído su cauce bajo, y el Polígono Industrial, que amenaza con literalmente borrar al Barranquillo del mapa.
Por otro lado, las huellas de las actividades agrícolas históricas van siendo eliminadas lentamente por el ecosistema que recupera su equilibrio por sí solo.
Cada invierno, con las lluvias estacionales, el Barranquillo cambia de aspecto y en cuestión de semanas se puebla de vegetación, las tabaibas se apresuran a acumular reservas de agua y desarrollar sus hojas.
El cauce de piedra está lleno de huecos donde se acumula agua; son los eres o erques, una de las fuentes de agua de los aborígenes de la isla. Con toda probabilidad en estos mismos charcos abrevaron sus cabras los pastores guanches y siguieron haciéndolo ininterrumpidamente los cabreros hasta hoy.
Algunas de las especies de la flora autóctona más conocidas que encontramos en el Barranquillo: cardones, tabaibas dulces y amargas.
21 noviembre 2000
El barranquillo
Etiquetas: 04. El Malpaís amenazado, barranquillo, chinguaro
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