El Malpaís de Güímar es una de las mejores muestras que existen en Canarias de los ecosistemas y hábitats característicos de las zonas bajas, con unas comunidades de flora y fauna que se asientan sobre un paisaje volcánico reciente también de gran interés. El Paraje no solo presenta valores científicos, sino también arqueológicos, históricos y etnográficos.
José García Casanova. Biólogo. Ex-Director Conservador del Paraje Natural Malpaís de Güímar
El Malpaís de Güímar es uno de los pocos territorios costeros accesibles de Tenerife que no ha sufrido una alteración sustancial a causa de las actividades agrícola o urbanizadoras, lo que permite observar en este espacio geográfico unos paisajes geológicos y vegetales que antaño eran más frecuentes en Canarias y que poco a poco han ido perdiéndose irremediablemente.
Este espacio natural encierra una de las muestras más representativas del paisaje volcánico subhistórico de la isla. El conjunto de Montaña Grande, magnífico ejemplo de cono volcánico configurado por la acumulación de piroclastos en torno a una boca eruptiva, y el vasto campo de lavas que se extienden desde la base del volcán hasta el mar, con estructuras, formas y coloridos muy diversos, ofrece al que lo contempla una síntesis de la geomorfología asociada al vulcanismo canario reciente. Este paisaje geológico se ve enriquecido por la existencia de una ancha banda de arenas que, al ser arrastradas constantemente por el viento desde la Playa de la Entrada, han ido recubriendo una parte del malpaís y la falda oriental del volcán.
No menos interesantes y sorprendentes son las manifestaciones de vida vegetal y animal, que, comenzando por los líquenes, han conseguido colonizar las estériles coladas en pocos miles de años hasta constituir una serie de cosistemas, equilibrados pero frágiles, entre los que sobresale un extraordinario cardonal-tabaibal; por otra parte, sobre las acumulaciones de arena se ha asentado una singular vegetación y multitud de especies de la fauna han encontrado en este tipo de sustrato las condiciones adecuadas para desarrollarse. Por albergar una llamativa biodiversidad, con un elevado número de especies florísticas y faunísticas endémicas o autóctonas, el Malpaís de Güímar posee un gran interés científico.
Los elementos patrimoniales, testigos de culturas y tradiciones ancestrales, también están presentes en este paraje, destacando por encima de todos el histórico camino por el que discurre la Romería en honor a la Virgen del Socorro.
Hoy, una parte de este extraordinario rincón del Valle de Güímar (en torno a 290 hectáreas) está protegida legalmente con la categoría Reserva Natural Especial.
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