Francisco La Roche Brier.
Publicado originalmente en El Día, 10 de marzo de 2001.
“El pasado mes de octubre, el pleno del Ayuntamiento de Güímar aprobó por unanimidad una propuesta, previamente consensuada con la Asociación Mixta de Compensación del Polígono Industrial Valle de Güímar. En la misma se contradice el pleno de 1992, proponiendo ahora la urbanización con fines industriales de una gran parte del Área de Sensibilidad Ecológica anexa a la Reserva Natural Especial del Malpaís de Güímar, traspasando por consiguiente los límites del Camino de El Socorro”. Estas turbadoras palabras pueden leerse en la página de Internet www.elmalpais.com, en particular dentro del artículo titulado “Malpaís de Güímar y su entorno: el último intento de mutilar nuestro paisaje y nuestra tradición”. Este portal elaborado con gran rigor y mucho amor por José Mesa, representa los esfuerzos de la Asociación Cultural Sureste de Tenerife, en recopilar el máximo de información sobre esta maravillosa zona. Me sumo a los esfuerzos de este grupo en apoyo de la no ampliación del Polígono Industrial Valle de Güímar mas allá del Camino del Socorro.
A mitad de los años noventa trabajé con la bióloga Luisa Suárez durante casi dos años en la zona comprendida entre Malpaís de Güímar y el caserío del Socorro. Fue un proyecto financiado por el Gobierno de Canarias en colaboración con la Universidad de La Laguna. Esta zona está constituida principalmente por una banda de arena que procede de la playa donde fue encontrada en 1400, según la tradición y el cómputo lunar de los guanches, la Virgen de La Candelaria. La capa de arena se extiende como un abanico hacia la Montaña Grande –el gran volcán que impresiona por su belleza en la costa de Güímar- y este lugar de aspecto desértico con una flora singular donde el viento nos trae recuerdos de otros tiempos, es habitado también por unos muchos seres diminutos. Herbert Hohmann uno de mis grandes maestros en el estudio de las abejas y las avispas, con el que ahora Tenerife tiene una gran deuda por haber donado su colección entomológica al Museo de Ciencias Naturales del Cabildo de Tenerife, me llevó hace muchos años a aprender con él en esa magnífica zona de Chimisay. Otro maestro de los cursos de doctorado de la Universidad, el profesor Pedro Oromí –uno de nuestros grandes entomólogos junto con Antonio Machado- también gustaba de llevar allí a sus alumnos en sus prácticas entomológicas. Nunca jamás pensamos, ni siquiera sospechamos que ese magnífico museo sin puertas donde vuelan libres nuestros insectos como dice el gran cronopio Rafa Arozarena, fuera a estar amenazado de muerte. Esta muerte tiene la careta del progreso, los pies del asfalto, hace mucho ruido y desprende olores a la química de los aprendices a brujos de una tribu donde sólo unas débiles voces hablan de no continuar destruyendo la Isla.
En mi trabajo científico sobre la banda arenosa del Malpaís de Güímar, cuyo resumen puede consultarse en la magnífica página de internet que he mencionado, llegamos a la conclusión de que ese lugar alberga una gran riqueza entomológica de Tenerife, amén por supuesto de otros muchos tesoros.
Esa banda de arena limita al sur (en la dirección del Puertito) con el Malpaís de Güímar propiamente dicho y al norte desde El Socorro hasta la Montaña Grande con una franja - que no llega a los doscientos metros- con El Camino del Socorro. Esta franja donde la arena es muy débil y que ha tenido muy diversos usos agrícolas en el pasado, quiere convertirse en zona de asfalto e industrias. Llamamos desde estas tímidas líneas a la opinión pública para que se movilice contra un hecho con unas consecuencias irreversibles para la riqueza de nuestra isla. Si se han invertido miles de millones en carreteras e infraestructuras que se consideran necesarias ya es hora que se invierta también en no destruir nuestro patrimonio Natural que es además actualmente una de las principales fuentes de riqueza del pueblo Canario y sus aliados.
Francisco La Roche Brier.
Profesor de matemáticas de la Universidad de La Laguna y Doctor en Biología.
No hay comentarios:
Publicar un comentario