En diciembre de 2003, la Plataforma en Defensa del Malpaís de Güímar y Camino de El Socorro ha presentado unas alegaciones al Plan Director, que ha estado en período de exposición pública. Aquí las exponemos:
La Plataforma Ciudadana en Defensa del Malpaís de Güímar y Camino de El Socorro valora de forma positiva el grado de exhaustividad y documentación que, en general, parece mostrar el documento de planeamiento previsto para el ámbito de la actual Reserva Natural Especial. Pero a pesar de este reconocimiento, y más allá de señalar cualquier tipo de alegación de carácter puntual, esta Plataforma quiere llamar la atención en torno a los tres siguientes ejes, cuya importancia nos parece estratégica.
1. Acerca de la planificación territorial y el incentivo a la participación ciudadana
El Malpaís de Güímar y su entorno inmediato, en particular el hito cultural que representa el Camino del Socorro, han sido objeto durante los últimos quince años de un notable compromiso cívico por parte de sectores muy significativos de la comunidad local. Desde grupos ecologistas como el Colectivo Tabona a la asociación cultural Patrimonio de Güímar, desde la asociación comarcal Sureste de Tenerife a una entidad tan específica como la que suscribe (Plataforma en Defensa del Malpaís de Güímar y Camino de El Socorro), mucha gente se viene implicando de forma activa en labores de sensibilización y educación ambiental sobre los valores naturales y culturales de la zona, de forma autónoma unas veces, y otras en estrecha colaboración con la administración pública. En particular, durante el periodo comprendido entre octubre de 2000 y noviembre de 2001, la amenaza que supuso entonces la inminente materialización de la vieja idea de ampliar el Polígono Industrial de Güímar concitó un alto grado de movilización ciudadana; algunos hitos centrales de ese amplio esfuerzo de colectivos locales y personas independientes pueden ser, en el periodo reciente, la puesta en marcha y mantenimiento de una documentada página web (elmalpais.com); la celebración de una manifestación popular en Güímar a la que acudieron unas quinientas personas; y, sobre todo, la realización de una Iniciativa Legislativa Popular (I.L.P.) con el objetivo de ampliar la Reserva Natural Especial hacia el Área de Sensibilidad Ecológica limítrofe, planteando que el conjunto formado por la Montaña Grande y sus coladas quede protegido como lo que es en realidad: un ámbito geográfico unitario y coherente.
Este movimiento ciudadano local lo vienen integrando personas que, como es de suponer, no nos dedicamos a este asunto de manera profesional; por el contrario, nuestra tarea se realiza fuera del tiempo laboral, de forma altruista y amateur. Una vez conseguido el objetivo de cumplimentar todos los trámites de la I.L.P. y a la espera de su discusión y eventual aprobación por el Parlamento de Canarias, no entra dentro de las atribuciones profesionales de este movimiento conservacionista el seguimiento diario del Boletín Oficial de Canarias, por citar un caso. Por tal motivo, queremos llamar la atención respecto al escaso grado de estímulo a la participación que ha propiciado la administración competente en la elaboración del planeamiento de los Espacios Naturales. Nos parece que como mínimo las entidades citadas más atrás debían haber recibido de forma directa, en justa contraprestación a su compromiso cívico con la conservación del Malpaís, ejemplares del proyecto de Plan Director, e incluso la oportunidad de su discusión abierta con el equipo redactor; facilitando de este modo su mejor estudio y debate. Por desgracia, persisten aún severos déficits referidos al impulso coherente de una cultura democrática, abierta a la participación y al compromiso ciudadano.
2. Acerca de la planificación de la totalidad del Malpaís de Güímar
Aún con la delimitación de la Reserva Natural Especial en sus términos actuales, estimamos que debería considerarse globalmente el Malpaís como unidad geográfica que llega por su borde norte hasta el Camino de El Socorro. Teniendo en cuenta esta realidad física elemental, a la que se suma el hecho de que el Parlamento de Canarias admitió a trámite en su momento la Iniciativa Legislativa Popular para la ampliación de la Reserva (la cual es previsible que se discuta en pleno a lo largo del próximo año 2004), nos parece que el Plan Director no puede pasar por alto ambos factores. Somos conscientes de que su equipo redactor y la propia Consejería de Política Territorial no pueden establecer determinaciones normativas sobre un sector que aún (esperamos que por poco tiempo más) no está declarado como Espacio Natural Protegido. Pero ello no debería ser en ningún caso óbice para asumir cuestiones básicas tales como las siguientes:
- Estudiar y analizar también, cuando menos en el Documento Informativo, el tercio norte del Malpaís que aún no está protegido (y que no por casualidad fue declarado en su momento por la administración como Área de Sensibilidad Ecológica). No se puede obviar, a estas alturas, la importancia de las relaciones que existen entre los ecosistemas de la Reserva en sus límites actuales y los ecosistemas del resto del Malpaís situado entre el borde norte del espacio natural ya protegido y el Camino de El Socorro. Resulta inexcusable recoger la importancia de las bandas de arenas, bastante bien documentada en trabajos científicos conocidos y accesibles, que evidencian el papel de la entomofauna de la zona en la polinización de la flora de la totalidad del Malpaís.
- Se deberían realizar, de igual modo, simulaciones o previsiones sobre las consecuencias que tendría la urbanización industrial de la zona situada entre el borde norte de la actual Reserva y el Camino de El Socorro; tanto debidas a distintas formas de contaminación (acústica, atmosférica, de vertidos sólidos, etc.), como por la interrupción del aporte de arenas, las afecciones paisajísticas, y los efectos a largo plazo de la desaparición de los hábitats de nidificación de las principales especies polinizadoras de la flora del Malpaís. Un trabajo que se precie de serio no puede pasar de puntillas por tales asuntos como si fueran un riesgo añadido menor.
- Además, e insistiendo en que comprendemos que las determinaciones normativas no pueden todavía extenderse fuera del actual Espacio Natural Protegido, la previsible ampliación futura de éste sí que debería ser tenida en cuenta a efectos de realizar propuestas para la localización de ciertas actividades e, incluso, infraestructuras relacionadas con la conservación del Malpaís. Así, resulta de interés considerar las partes más degradadas de la zona situada entre el borde norte de la actual Reserva y el camino de El Socorro, planteando su necesaria rehabilitación ambiental, de modo que puedan absorber ciertos usos recreativos: servicios, caminos, e incluso la eventual localización de un centro de interpretación.
- Se debe considerar, con carácter general, el interés de la zona situada entre el borde norte de la actual Reserva y el Camino de El Socorro como lugar de estudio, auténtico laboratorio natural, de los procesos de recuperación de ecosistemas en zonas con grados de degradación escalonados cronológicamente y en intensidad.
3. Sobre la participación ciudadana en la toma de decisiones que afecten a la gestión futura del Espacio Natural Protegido: la necesidad de un Patronato específico del Malpaís de Güímar
Volvemos en este último punto a un tema planteado al principio, pero contemplado ahora como una oportunidad para hacer las cosas mejor en el futuro. Como es sabido, tras la primera Ley de Espacios Naturales de Canarias (1987), el entonces Paraje Natural de Interés Nacional del Malpaís de Güímar contó durante varios años con un Patronato específico encargado de su gestión, así como con la figura de un director-conservador del Paraje. En aquel Patronato se produjo una experiencia, que se puede evaluar hoy como satisfactoria, de participación de la comunidad local, tanto a nivel de sus representantes institucionales como de personas y colectivos de la sociedad civil (ecologistas, cazadores, asociaciones defensoras del patrimonio cultural, etcétera).
Con posterioridad, la administración pública consideró más conveniente proceder a la creación de un Patronato Insular donde quedaran englobados todos los Espacios Naturales de Tenerife (con excepción del Parque Nacional del Teide, ya fuera del marco legislativo de competencia autonómica exclusiva, que sí cuenta con un órgano específico de esta naturaleza). Desde esta Plataforma Ciudadana comprendemos que puede resultar poco efectivo que todos y cada uno de los espacios naturales de la Isla (varios de ellos de muy pequeña dimensión) tuvieran que tener un Patronato específico. Sin embargo, nos parece crucial señalar lo siguiente: estamos firmemente convencidos de que el Malpaís de Güímar y, sobre todo, la comunidad local que habita en su entorno, se ha ganado el derecho a recuperar un Patronato que canalice la participación ciudadana en la toma de todas las principales decisiones que lo puedan afectar.
Es preciso evidenciar que nos hallamos ante un caso muy singular: quizá uno de los pocos (en Canarias y, tal vez, en el conjunto de la experiencia europea) en que la mayoría de la comunidad local, desde una gran diversidad de sectores sociales (que van mucho más allá de los grupos conservacionistas habituales, sin menospreciar la importancia de los mismos), evidenció de múltiples maneras su voluntad de preservar, e incluso de extender la protección, sobre un conjunto de paisajes naturales y culturales con los que guarda estrechos vínculos de conocimiento y emocionales. La misma comunidad que ha sido capaz entre otras cosas de situar en el Parlamento de Canarias una iniciativa de ampliación de los límites de la actual Reserva para consolidar su anhelo histórico de proteger el conjunto del Malpaís, a través de la referida I.L.P.. No estamos, por tanto, ante el caso de un espacio natural protegido cuyos habitantes o pobladores vecinos lo perciben como un factor limitante (subjetivo o real) de sus derechos, sino todo lo contrario: ante una comunidad que apuesta de forma activa y constructiva por su conservación y rehabilitación.
La administración pública competente tiene ante sí la oportunidad de canalizar esa energía favorable, en la dirección de implicar a la comunidad local en el buen gobierno y gestión de la Reserva Natural Especial actual (y su previsible ampliación futura). Pero para ello resulta imprescindible la aprobación de un órgano cercano a la comunidad local, donde puedan quedar bien representados sus diferentes sectores.
Nos permitimos sugerir un solo ejemplo de la virtualidad que tendría dotar al Malpaís de un Patronato específico: fenómenos que identifica de forma adecuada la Memoria Informativa del Plan Director, como la "tradición reciente" de atravesar corriendo las laderas del cono volcánico de Montaña Grande durante la Romería de El Socorro, podrían encontrar así un cauce mucho más adecuado para emprender medidas firmes, bien discutidas y consensuadas, que contribuyan a ir erradicando esa peligrosa agresión paisajística.
La existencia de un precedente histórico reciente, como el ya señalado Patronato del Malpaís de Güímar, de grata memoria, resulta un factor adicional que no se puede desdeñar. Renunciar desde la Administración a esa oportunidad puede suponer, por el contrario, el riesgo de alimentar la frustración ciudadana, y acrecentar la peligrosa tendencia a la despreocuación respecto a los asuntos que atañen a la colectividad.
Güímar, 1 de diciembre de 2003
En representación de la Plataforma en Defensa del Malpaís de Güímar y Camino de El Socorro:
José Mesa Acosta.
ACTUALIZACIÓN:
El Plan Director se publicó en enero de 2005, en el BOC 2005/007 - Miércoles 12 de Enero de 2005: Dirección General de Ordenación del Territorio.- Resolución de 27 de diciembre de 2004, por la que se hace público el Acuerdo de la Comisión de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Canarias, en sesión de 5 de abril de 2004, que aprueba definitivamente el Plan Director de la Reserva Natural Especial del Malpaís de Güímar (Tenerife).
> http://www.gobcan.es/boc/2005/007/004.html