28 marzo 2001

EL ESPACIO NATURAL DEL MALPAÍS DE GÜÍMAR

Por José García Casanova Y Octavio Rodríguez Delgado

Extraído del libro Naturaleza, Historia y Tradición en El Socorro de Güímar. Asociación Cultural Patrimonio de Güímar. Editorial Benchomo, 1993.




Octavio Rodríguez Delgado y José García Casanova publicaron en 1993 el artículo más completo que se ha escrito sobre el Malpaís: flora, fauna, ecosistemas, usos del espacio, referencias históricas, listas de especies, etc. Se trata no solo la zona entonces protegida sino todo el Malpaís.

"En la costa sureste de Tenerife, en el espacio comprendido entre el caserío de El Socorro, el Puertito de Güímar, la Autopista TF-1 y el mar, se extiende un territorio deshabitado y agreste, el Malpaís de Güímar, que encierra una de las muestras más cautivadoras del paisaje volcánico reciente de la Isla de Tenerife. En él, junto a unas formas geológicas de notable diversidad y singular belleza, coexisten unas no menos sorprendentes manifestaciones de vida vegetal y animal, que han conseguido colonizar las estériles coladas en pocos miles de años".

> Ir al documento completo: El Malpaís de Güímar

S.O.S. por el Malpaís de Güímar


Francisco La Roche Brier.

Publicado originalmente en El Día, 10 de marzo de 2001.



“El pasado mes de octubre, el pleno del Ayuntamiento de Güímar aprobó por unanimidad una propuesta, previamente consensuada con la Asociación Mixta de Compensación del Polígono Industrial Valle de Güímar. En la misma se contradice el pleno de 1992, proponiendo ahora la urbanización con fines industriales de una gran parte del Área de Sensibilidad Ecológica anexa a la Reserva Natural Especial del Malpaís de Güímar, traspasando por consiguiente los límites del Camino de El Socorro”. Estas turbadoras palabras pueden leerse en la página de Internet www.elmalpais.com, en particular dentro del artículo titulado “Malpaís de Güímar y su entorno: el último intento de mutilar nuestro paisaje y nuestra tradición”. Este portal elaborado con gran rigor y mucho amor por José Mesa, representa los esfuerzos de la Asociación Cultural Sureste de Tenerife, en recopilar el máximo de información sobre esta maravillosa zona. Me sumo a los esfuerzos de este grupo en apoyo de la no ampliación del Polígono Industrial Valle de Güímar mas allá del Camino del Socorro.

A mitad de los años noventa trabajé con la bióloga Luisa Suárez durante casi dos años en la zona comprendida entre Malpaís de Güímar y el caserío del Socorro. Fue un proyecto financiado por el Gobierno de Canarias en colaboración con la Universidad de La Laguna. Esta zona está constituida principalmente por una banda de arena que procede de la playa donde fue encontrada en 1400, según la tradición y el cómputo lunar de los guanches, la Virgen de La Candelaria. La capa de arena se extiende como un abanico hacia la Montaña Grande –el gran volcán que impresiona por su belleza en la costa de Güímar- y este lugar de aspecto desértico con una flora singular donde el viento nos trae recuerdos de otros tiempos, es habitado también por unos muchos seres diminutos. Herbert Hohmann uno de mis grandes maestros en el estudio de las abejas y las avispas, con el que ahora Tenerife tiene una gran deuda por haber donado su colección entomológica al Museo de Ciencias Naturales del Cabildo de Tenerife, me llevó hace muchos años a aprender con él en esa magnífica zona de Chimisay. Otro maestro de los cursos de doctorado de la Universidad, el profesor Pedro Oromí –uno de nuestros grandes entomólogos junto con Antonio Machado- también gustaba de llevar allí a sus alumnos en sus prácticas entomológicas. Nunca jamás pensamos, ni siquiera sospechamos que ese magnífico museo sin puertas donde vuelan libres nuestros insectos como dice el gran cronopio Rafa Arozarena, fuera a estar amenazado de muerte. Esta muerte tiene la careta del progreso, los pies del asfalto, hace mucho ruido y desprende olores a la química de los aprendices a brujos de una tribu donde sólo unas débiles voces hablan de no continuar destruyendo la Isla.

En mi trabajo científico sobre la banda arenosa del Malpaís de Güímar, cuyo resumen puede consultarse en la magnífica página de internet que he mencionado, llegamos a la conclusión de que ese lugar alberga una gran riqueza entomológica de Tenerife, amén por supuesto de otros muchos tesoros.

Esa banda de arena limita al sur (en la dirección del Puertito) con el Malpaís de Güímar propiamente dicho y al norte desde El Socorro hasta la Montaña Grande con una franja - que no llega a los doscientos metros- con El Camino del Socorro. Esta franja donde la arena es muy débil y que ha tenido muy diversos usos agrícolas en el pasado, quiere convertirse en zona de asfalto e industrias. Llamamos desde estas tímidas líneas a la opinión pública para que se movilice contra un hecho con unas consecuencias irreversibles para la riqueza de nuestra isla. Si se han invertido miles de millones en carreteras e infraestructuras que se consideran necesarias ya es hora que se invierta también en no destruir nuestro patrimonio Natural que es además actualmente una de las principales fuentes de riqueza del pueblo Canario y sus aliados.


Francisco La Roche Brier.
Profesor de matemáticas de la Universidad de La Laguna y Doctor en Biología
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25 marzo 2001

MANIFESTACIÓN. Güímar, 24 de marzo 2001


Como ya se había anunciado desde enero, las movilizaciones en defensa del Malpaís y Camino tomaron la forma de una Manifestación popular. Unas 600 personas expusieron ante las autoridades un Manifiesto con cinco peticiones básicas. Hubo una buena cobertura de prensa y televisión. La televisión local, TeleValle, hizo un amplio reportaje de todo el recorrido con entrevistas al comienzo y al final de este acto, que se retransmitió esa misma noche.

Hay que destacar la asistencia de numerosos grupos y colectivos, lo amplio de los sectores sociales y generacionales representados, y también el alto grado de implicación de los manifestantes. cada persona que participó sabía claramente por qué objetivos lo hacía y conocía perfectamente todos los aspectos que rodean a esta crisis del Malpaís y el Camino.



La Manifestación discurrió pacíficamente por las principales vías del pueblo, desde las inmediaciones de la estación de Guaguas hasta el Ayuntamiento, frente al cual se leyó el manifiesto por seis personas muy diversas en edad, origen, formación, aunque compartiendo los mismos intereses: Octavio, Cruz, Dácil, Verónica, Romén y Niceto fueron compartiendo la lectura de los párrafos mientras los manifestantes no dejaron de estar muy atentos a sus palabras.


La Plataforma hizo un extenso reportaje fotográfico que puedes ver en este enlace:


> Ver el REPORTAJE FOTOGRÁFICO DE LA MANIFESTACIÓN





Lectura del Manifiesto de la Plataforma





Presentación


Buenas tardes.

En nombre de la Plataforma en Defensa del Malpaís de Güímar y el Camino del Socorro, le damos la bienvenida en esta plaza a todos los güimareros y güimareras, a todas las personas de Arafo, de Candelaria, de la Comarca Sureste; a todas las que han venido desde más lejos a apoyarnos y a defender los mismos principios que nos unen. A todos y todas, bienvenidos. Reciban un saludo fraterno y cordial. Gracias por estar aquí.

Debemos felicitarnos por el éxito de esta Manifestación, que demuestra el sentir profundo y mayoritario de nuestro Pueblo. Queremos preservar nuestros recursos naturales, nuestros valores culturales. Queremos usarlos en el presente, disfrutar de ellos sin degradarlos, transmitirlos a nuestros descendientes. Queremos el Camino del Socorro en donde está, sin desvíos ni transformaciones. Queremos el Malpaís de Güímar entero, protegido, bien gestionado. No queremos que ningún pedazo, ni del Camino, ni del Malpaís, sucumban bajo el asfalto y el cemento. No queremos renunciar a nuestros bienes más preciados a cambio de una rentabilidad estrecha y a corto plazo. Queremos conservar unos recursos que nos permitan ser ricos durante muchos años. Todo eso ha quedado demostrado en esta marcha bajo el sol del mediodía de muchas de las personas más sensatas y conscientes de nuestro Pueblo.

Pasamos a leer el Manifiesto con el que concluye esta Manifestación. Este Manifiesto será leído por un grupo de personas representativas de distintas zonas, generaciones y sectores de opinión de nuestra Comunidad. Representan la pluralidad y, al mismo tiempo, la unidad, que inspira este movimiento. Les invitamos a escuchar con atención este Manifiesto, que intenta recoger un sentimiento que se hallaba vivo pero disperso entre nuestro Pueblo; y que, felizmente, ha encontrado cauce activo de expresión en un acto como el de hoy. Ellos y ellas, en representación de todo nuestro Pueblo, tienen la palabra.



MANIFIESTO EN DEFENSA DEL MALPAÍS DE GÜÍMAR Y EL CAMINO DEL SOCORRO: POR NUESTRO FUTURO SOSTENIBLE, POR NUESTRA IDENTIDAD CULTURAL.


El Camino del Socorro constituye un valor muy querido para nuestra Comunidad local y todo el Valle de Güímar. Lo mismo puede decirse ya del Malpaís de Güímar, tras años de difusión de los valores de la zona y un notable esfuerzo desarrollado por la administración en materia de Educación Ambiental. La historia reciente de ambos lugares es bastante conocida y resulta representativa de lo que ha supuesto la evolución del conservacionismo en Canarias. Hasta la década de los años sesenta, la mayor parte del espacio comprendido entre el Camino de El Socorro y El Puertito de Güímar era para muchas personas un páramo desconocido. Su baja rentabilidad llevó a concebir la implantación primero del aeropuerto insular y luego de un gran Polígono Industrial que comenzaría en el Barranco de Samarines, en Candelaria, para culminar en las estribaciones de El Puertito, después de cruzar toda la costa de Arafo.


Afortunadamente, pronto se alzaron voces, sobre todo desde la Universidad, a favor de la preservación del Malpaís. Estos planteamientos se fundamentan en la potente riqueza botánica y zoológica, así como el gran interés geológico de la unidad constituida por la Montaña Grande y sus coladas. Otro argumento de peso fue, desde un principio, que el Malpaís limita al norte con el Camino de El Socorro, por donde transcurre cada año la romería del mismo nombre. También se sitúa en la vecindad del Malpaís la Playa de Chimisay donde nuestros antepasados guanches encontraron a la imagen de la Virgen de Candelaria.


Estos planteamientos no tardaron en trascender más allá de la comunidad científica: Un hito importante en todo este proceso, y que demuestra que este esfuerzo colectivo viene de lejos, fue la manifestación del pueblo de Güímar en defensa del Camino del Socorro, que tuvo lugar hace poco más de diez años: el 20 de octubre de 1990, y que culminó en esta misma plaza. Poco después, el Ayuntamiento supo recoger la voluntad popular, y aprobó por unanimidad en el pleno del día 4 de diciembre de 1992 la solicitud de "mantener el Camino de El Socorro en su estado y trazado actual, convirtiéndose en límite entre el Malpaís y el Polígono Industrial".


A pesar de estos avances en la concienciación colectiva, a finales del verano pasado se volvió a sacar de la gaveta un viejo proyecto: la urbanización de un sector del Malpaís, al sur del Camino del Socorro, traspasando los límites de esta frontera tan querida y emblemática para todos nosotros y nosotras. Así comenzó la movilización de la etapa más reciente, que esperamos sea la última, de esta historia colectiva en defensa de nuestra Naturaleza y nuestra Cultura en la costa de Güímar.


El proyecto de urbanización, además de afectar al Camino, pone en peligro un sector muy importante de la banda de arenas del Malpaís: el mismo donde se refugian una vegetación muy particular y un conjunto de insectos responsables de la polinización de la flora de todo el espacio natural y que controla a las plagas de otros insectos; su afección puede provocar un empobrecimiento irreversible de la riqueza botánica del conjunto del Malpaís e incluso una pérdida para los cultivos de la costa del Valle. Al mismo tiempo, la pretendida extensión del Polígono Industrial se producía, en algunos sectores, sobre tramos muy bien conservados como el Barranquillo de Chinguaro, los cardonales anexos y algunos tubos volcánicos. Destruiría valores culturales presentes en la zona, como primitivos bancales donde la naturaleza va recuperando su espacio perdido o restos arqueológicos todavía pendientes de investigación. Urbanizar al sur del Camino del Socorro supone, además, seguir asfixiando en todo su perímetro los espacios naturales, como ya sucede por desgracia en muchos de los que se sitúan en la costa de Tenerife. Si se impide la relación y el intercambio genético con otros ámbitos menos transformados de la Isla, provocaremos a largo plazo una lenta agonía de los espacios naturales, por más que les colguemos la etiqueta de lugar protegido.

El Camino de El Socorro es nuestro más preciado bien de interés cultural. Por él han bajado y subido durante más de quinientos años muchas generaciones de güimareros y güimareras desde el pueblo a la Costa para celebrar su fiesta más querida. Con mucha probabilidad, es también un camino guanche más antiguo que la propia fiesta, que unía la Cumbre con el Mar para el tránsito de pastores y ganados. De la misma forma, en la fiesta que en él celebramos se mezcla lo guanche y lo europeo: las bajadas de rama aborígenes, los beñesmenes guanches y el tajaraste, con el culto a la Virgen María, el vino y la albahaca que vinieron de fuera. En tantos siglos, el paisaje de tabaibas, cardones, polvo y lava se fueron convirtiendo en parte fundamental de la fiesta, que no se comprende sin tener al Malpaís y su vegetación como telón de fondo.


No nos cuesta trabajo entender que debemos conservar nuestros antiguos caminos rurales, el Camino Real y los senderos del Monte. Pero la trascendencia del Camino del Socorro supera la de todos ellos, porque no es sólo vía de comunicación, sino un auténtico camino ritual tan importante como el de la Virgen de los Reyes en El Hierro, los caminos de El Rocío en Doñana o el Camino de Santiago. Su trascendencia ha sido comprendida por la mayoría de nuestra Comunidad hace más de veinte años, y así lo entendió nuestro Ayuntamiento, que ya en 1992 solicitó su incoación como bien de interés cultural; aunque el expediente de declaración, por intereses económicos, duerme desde entonces en las dependencias del Cabildo de Tenerife.


El trazado del Camino jamás ha sufrido transformaciones importantes. Discurre precisa y sabiamente por el borde de las lavas del vecino Malpaís, que van quedando en su margen sur, mientras que al norte aparecen grandes campos de tosca profusamente cultivados antaño. Las distintas fincas se fueron adaptando al trazado del Camino, respetándolo incluso en la época de las grandes sorribas del tomate. Los intentos del Polígono Industrial de cruzarlo, modificarlo o destruirlo, han sido hoy y siempre fuertemente contestados por la población de Güímar. La Plataforma en Defensa del Malpaís de Güímar y el Camino del Socorro quiere decir hoy alto y claro que hay sólo un Camino: el que cruzamos cada año en esa fiesta que nos hermana y nos enorgullece de nuestra condición de miembros de esta Comunidad. Que las propuestas de modificar su trazado deben entenderse como la destrucción del mismo para siempre, aunque fuera sustituido por otro nuevo más cómodo, moderno y estético. Que lo que entonces legaremos a nuestros hijos e hijas, a nuestros nietos y nietas, no es el antiguo Camino que hemos recorrido sino un absurdo, inútil y patético decorado.


Todos los argumentos, razonables y razonados, que se han ido exponiendo aquí y a lo largo de estos meses, bastarían para justificar la conservación del Malpaís y el Camino del Socorro, tal como los heredamos de nuestros antepasados. Pero existe aún otro argumento poderoso: esta Comunidad se ha ganado el derecho a ser tratada con dignidad y respeto.


El Municipio de Güímar, el Valle de Güímar y toda la Comarca Sureste no han sido tratados con justicia en los últimos años. Durante décadas, se instaló una peligrosa tendencia en la isla de Tenerife: como no se valoraba nuestra Comarca, como se consideraba que nuestro terruño era menos valioso que otras partes de la Isla, todas las actividades que molestaban, que resultaban más insalubres, nocivas y peligrosas, las han implantado aquí. Hemos tenido que soportar dos centrales térmicas (Las Caletillas y Granadilla) en los dos extremos de la Comarca; el Vertedero Insular en Arico; las maniobras militares en la costa y en la cumbre de este mismo municipio y en el de Fasnia; el traslado desde otros sitios de algunas instalaciones industriales y ganaderas intensivas, que debido a su mala gestión resultan muy contaminantes; aquí, hemos sufrido especialmente las extracciones de áridos del Barranco de Badajoz y de otros barrancos de Güímar, Candelaria y Arafo, su impacto físico, el polvo y el tránsito continuo de camiones.


Ha llegado el momento de decir: Ábasta ya! a este estilo perverso e insolidario de desarrollo. Güímar, el Valle y toda la Comarca Sureste cuentan con recursos para organizar un modelo mucho más fecundo y basado en nuestras capacidades y nuestra personalidad histórica. Así lo demuestran, poco a poco, la organización de sectores que vuelven a ser rentables como el vino y el queso; el impulso de la agricultura ecológica, especialmente en lugares como Arico; la rehabilitación de casas emblemáticas que se han recuperado como hoteles y alojamientos turísticos rurales, entre los que nos enorgullece la Casa de la Raya; la restauración de la Casa de Chacona; la recuperación del Cine Los Ángeles como Centro Cultural; la futura implantación de la Casa del Artesano en la remozada Fonda Medina; el potencial etnográfico de nuestro paisaje agrícola; las posibilidades de un Ecomuseo del Agua en los Barrancos del Río y Badajoz; la trascendencia histórica del futuro Parque Etnográfico de Chinguaro, y otros muchos ejemplos que la iniciativa pública y privada están desplegando.


El Camino del Socorro y el Malpaís de Güímar, cuya conservación estamos defendiendo, deben ponerse con mesura y sensatez al servicio de esta estrategia, al servicio del conjunto de la Comunidad. Por eso, que nadie piense que estamos promoviendo que se coloque el Malpaís dentro de una urna de cristal. Los ciudadanos y ciudadanas sabemos, por la experiencia de nuestros mayores, que es posible conciliar la conservación con el uso perdurable de los recursos. Los espacios naturales protegidos pueden y deben gestionarse bien. Lejos de constituir una carga, pueden y deben con inteligencia convertirse en piezas estratégicas de un modelo socioeconómico alternativo. Pueden generar puestos de trabajo y riqueza, no basada en la destrucción de sus valores, sino en potenciarlos. Pueden usarse, con regulación y respeto, para el disfrute y recreación de la ciudadanía. Pueden y deben mostrarse, de forma organizada, a los escolares, a los residentes en la Comarca, a los visitantes urbanos, a los turistas, a un público cada vez más concienciado e interesado en conocer los reductos de naturaleza que nos van quedando. El Malpaís de Güímar,


Desde este punto de vista, es todavía un diamante en bruto que de forma meditada tenemos que tallar. Es un yacimiento potencial de empleo para jóvenes guías de la Naturaleza y la Historia. Requiere completar sus equipamientos, como el tan necesario Centro de Visitantes de la Reserva Natural.


No tardará mucho en llegar el día en que nos demos cuenta, todos y todas, de la suerte y la inteligencia que demostró esta Comunidad preservando de la urbanización un sector tan importante de su costa: un tesoro que va a resultar muy rentable a medio y largo plazo, frente a la alternativa de haberlo destruido para obtener dinero rápido.

Por todas estas razones, para hacer compatible el presente con el futuro, en esta Manifestación pedimos las 5 siguientes reivindicaciones:


  1. Al Ayuntamiento de Güímar, a nuestro Ayuntamiento, le pedimos que declare como Suelo Rústico de Protección a todo el espacio comprendido entre la actual Reserva Natural y el Camino del Socorro -por el Norte- y el Puertito de Güímar -por el Sur-. Confiamos en la buena voluntad de todas y todos los concejales y esperamos vigilantes que esto se acepte por unanimidad en el próximo Pleno que aprobará inicialmente el Plan General de Ordenación Urbana de Güímar.
  2. Una vez cumplido el punto anterior, pedimos solemnemente a nuestros gobernantes locales que aprueben por unanimidad dirigirse al Parlamento de Canarias; y tramiten, ante esa institución, la ampliación de la Reserva Natural Especial a todo el Malpaís de Güímar, desde el Camino del Socorro hasta el Puertito. Para que quede protegido para siempre y nunca más tengamos que salir a la calle a defender su conservación.
  3. Al Cabildo de Tenerife le planteamos con firmeza que concluya de una vez la declaración como Bien de Interés Cultural del Camino del Socorro; culminando así la aprobación de un expediente que se ha demorado ya más de nueve años, desde que fue promovido por este Pueblo y su Ayuntamiento.
  4. Al Gobierno de Canarias, Cabildo de Tenerife, Ayuntamiento de Güímar y a la Unión Europea le solicitamos que restaure los impactos ambientales y paisajísticos que sufrió durante décadas la Montaña Grande y el Malpaís. Y que se dote de los necesarios equipamientos al caserío de El Socorro, con un diseño acorde con la singularidad de este núcleo, para que nunca más se repita el chantaje de sufragar unos gastos necesarios a cambio de destruir el espacio natural anexo.
  5. Por último, aunque no menos importante, le exigimos a todas las administraciones canarias implicadas que hagan cumplir en el Polígono Industrial "Valle de Güímar" las leyes ambientales vigentes. Se debe dotar de los recursos humanos y materiales necesarios para que cesen los episodios periódicos de contaminación, que no sólo afectan negativamente al Malpaís, sino que los padecemos muchos vecinos y vecinas del Valle.

Este movimiento que estamos desarrollando en Güímar y la Comarca Sureste no constituye un hecho aislado. Forma parte de una cadena de movilizaciones ciudadanas en todo el Archipiélago Canario y se inscribe en un amplio movimiento universal de defensa de la Naturaleza y de la Cultura de los Pueblos.


Desde aquí, desde el corazón de Güímar, nos sentimos solidarios y queremos saludar la lucha que mantiene la ciudadanía de Vilaflor, Granadilla y Adeje en contra de los tendidos de alta tensión. Si aquí, en nuestro Valle, no pudimos frenar a tiempo la implantación de este peligroso tendido, estamos seguros que vamos a aprender de la experiencia de nuestros vecinos del Sur; y lograremos, más temprano que tarde, obligar a Unelco a que entierre los cables y a que apueste seriamente por las energías renovables, solar y eólica, que cuentan con grandes posibilidades en toda nuestra Comarca.


Nos sentimos hermanados en la lucha de la gente de La Orotava, en defensa de El Rincón, del casco histórico de la Villa y contra la Vía Diagonal que lo amenaza.


Formamos parte del mismo sentimiento que alienta el esfuerzo del pequeño Valle de Taguluche, en La Gomera, por la preservación del carácter comunal y el destino agrícola de sus aguas manantiales y por la defensa frente a los caciques del Monumento Natural del Lomo del Carretón.


Caminamos hombro con hombro con todas las personas que en la isla hermana de Gran Canaria trabajan por proteger las Charcas de San Lorenzo, en Tamaraceite, y por salvar el Barranco de Veneguera de la especulación urbanística, entre otros espacios emblemáticos.


Apoyamos la protección de la Montaña de Tindaya en Fuerteventura, frente al proyecto minero que amenaza su integridad natural y cultural, y desde aquí nos solidarizamos con todos los sectores del pueblo majorero que ven en este símbolo la defensa de su identidad.


Estamos en el mismo lado de las miles de personas que, en Lanzarote, piden que se frene el crecimiento turístico y el deterioro alarmante de la vida en la Isla, concretando esa lucha en la Bahía de Berrugo, contra la urbanización y el puerto deportivo que allí se pretende implantar.


Tomamos buena nota del ejemplo que nos suministra la isla de El Hierro que, renunciando a otros modelos que se le querían imponer, está apostando por un estilo de desarrollo mucho más sustentable. El Hierro nos demuestra, desde su pequeña escala insular, que es posible un futuro más digno y sostenible para Canarias. Y apoyamos también y aprendemos de la experiencia de La Palma y el esfuerzo de su ciudadanía, que sigue apostando por su propio modelo basado en la agricultura y complementado ÷no sustituido÷ por otras actividades económicas.


Como se puede ver, desde todas las Islas el Pueblo de Canarias está empezando a caminar por las mismas razones que lo hacemos hoy y aquí en Güímar: por nuestro Futuro Sostenible y por nuestra Identidad Cultural.


Éste de hoy es un acto profundamente democrático, que nos dignifica como personas y como colectividad. Frente a los que quieren interpretar este fenómeno social como un conflicto negativo, estamos convencidos de que la organización y, muchas veces, la movilización ciudadana, resultan necesarias y además enriquecen y amplían la democracia. Los representantes políticos tienen la legitimidad que les dan los votos, y eso no lo cuestionamos. Pero la democracia no se agota con la celebración periódica de elecciones. Hay que practicar la democracia todos los días, escuchando la voz y los sentimientos del Pueblo. Hay que potenciar la implicación crítica y constructiva, creando mecanismos de comunicación y participación activa de todos los sectores del Pueblo. Si esos mecanismos existieran, tal vez no hubiera hecho falta esta Manifestación de hoy. Debemos seguir trabajando por construir fórmulas de participación permanente que nos conviertan en una Comunidad cada vez más madura, cohesionada y avanzada.


Y que nadie se lleve a engaño: esta Manifestación no se ha planteado en contra de nadie, de ninguna institución ni partido político concreto. Este acto cívico se plantea para defender, en positivo, el Malpaís de Güímar y el Camino del Socorro. Nuestro Futuro Sostenible y nuestra Identidad Cultural. Tenemos la voluntad decidida y las posibilidades de lograrlo. Y si lo hacemos, conseguiremos un triunfo de todos, incluyendo los que se equivocaron y han sabido rectificar a tiempo. Nadie hay más sabio que el que reconoce sus errores y aprende de los mismos. En esta lucha no hay vencidos. Va a triunfar el sentido común, el conjunto de la ciudadanía, y los niños y las niñas del siglo XXI que heredarán nuestra tierra y nuestra experiencia.

Para terminar, queremos lanzar al viento este mensaje: ¡ VIVA LA UNIDAD DE NUESTRO PUEBLO! ¡ POR NUESTRO FUTURO SOSTENIBLE! ¡ POR NUESTRA IDENTIDAD CULTURAL!.




Güímar, Sureste de Tenerife, 24 de marzo de 2001.

11 marzo 2001

LAS TRADICIONES DE EL SOCORRO

Aspectos, Costumbres y Modos de Vida Tradicionales, relacionados con el desarrollo de la Fiesta.

Javier Eloy Campos Torres. Asociación Cultural Patrimonio de Güímar. 1993. (extractos, con autorización del autor)

  • INTRODUCCIÓN

  • EL PAISAJE, EL MEDIO NATURAL: El Camino de El Socorro

  • REFLEXION


Extraído del libro Naturaleza, Historia y Tradición en El Socorro de Güímar. Asociación Cultural Patrimonio de Güímar. Editorial Benchomo, 1993.


INTRODUCCIÓN

"Bajé con Ella y subí con Ella y anduve por donde anduvo Ella...”
Blasina Leandro Pérez


En la fiesta de El Socorro de Güímar encontramos, junto a un hecho religioso de indudable importancia y determinante del carácter de la celebración, una serie de aspectos y costumbres tradicionales capaces de dotarla de una atmósfera especial. Estas características, que cada año recrean un ambiente singular, han sufrido una evolución durante el largo periodo de gestación de la fiesta. Hasta hace aproximadamente un siglo la celebración fue teniendo una serie de cambios importantes (sucesivos cambios de fecha, traslado de lugar permanente de la imagen, incorporación de elementos importantes como La Ceremonia, etc.). En este proceso de depuración desaparecieron algunos elementos pero otros se fueron fijando, son los que hoy consideramos definitorios y consustanciales a la fiesta.


Para el análisis de la fiesta estudiaremos las características exteriores, los elementos que podemos llamar formales, sin olvidar que están motivados por unos contenidos internos conceptuales.


A pesar de los cambios operados ,el motivo por el que se realizaba la celebración, (veneración de la imagen y conmemoración de su aparición), ha permanecido inalterado. Podemos decir que la fiesta ha ido variando hasta tomar su aspecto definitivo pero el concepto y significado de la misma se ha mantenido sirviendo de eje en los diferentes periodos.


Para comprender mejor la importancia del concepto de la fiesta podemos comparar El Socorro con otras celebraciones, como por ejemplo las "romerías" potenciadas por el desarrollo turístico de los años 50 y 60, en las que el primitivo concepto, el motivo por el que la fiesta se celebra (invocación de laprotecci;n de un santo, acción de gracias por un favor recibido, conmemoración de un suceso notable para la colectividad, etc) ha sido sustancialmente modificado. En el caso de estas romerías el motivo actual puede ser la muestra y potenciación de los aspectos que se consideran tradicionales dirigidos probablemente a un público foráneo. En ellas es muy importante conservar una determinada imagen que se cuida hasta en los menores detalles (puede existir la prohibición de usar relojes de pulsera, calzado deportivo, etc.), sin percatarse que el sentido original de la fiesta tradicional que se quiere reproducir ha sido profundamente modificado.

Los aspectos tradicionales de El Socorro son profundos y pueden pasar desapercibidos para un observador superficial. Los participantes en la fiesta del Socorro no tienen que "vestirse de mago". No es necesario adoptar ningún papel pues el sentido de la fiesta se conserva y mantiene su vigencia en el presente. Los actuales protagonistas participan de una forma similar a como lo hacían sus abuelos, por eso no es necesario intentar disfrazarse como aquellos para evocar una determinada atmósfera tradicional.


Es posible que ese carácter “auténtico”, si se nos permite la expresión, sea el responsable del gran atractivo de El Socorro para los güimareros y para toda la Comarca del Valle de Güímar. En los momentos en que se escriben estas líneas la fiesta de El Socorro puede considerarse una de las pocas ocasiones en las que los habitantes del municipio manifiestan su identidad de güimareros, con orgullo tal, que a un visitante le puede parecer cercano al fanatismo. Paradójicamente en circunstancias normales, fuera del tiempo de la fiesta, es constatable una falta de interés por los asuntos relativos al pueblo y una pérdida de las señas de identidad comunes. Se suelen citar como causas de esta apatía e incluso rechazo del propio pueblo la paulatina pérdida de importancia del municipio dentro de la Comarca y el aumento de los problemas de convivencia ciudadana.


Con el tiempo la fiesta se ha ido convirtiendo en el símbolo más representativo de la comunidad, cada uno de sus elementos, la música, el paisaje, la Imagen de la Virgen, son en la actualidad las señas de identidad aceptadas unánimemente por el pueblo.


No sólo el concepto es peculiar y determinante en El Socorro, formalmente encontramos singularidades que se ponen en evidencia cuando la comparamos con una fiesta que participa de los mismos orígenes religiosos y se desarrolla en el mismo marco geográfico. Nos referimos a Candelaria, una celebracion similar basada en el mismo hecho histórico-religioso, la conmemoración de la aparición de la Virgen de Candelaria. Ambas se originaron en los primeros momentos de la colonización como pegrinaciones hacia los santuarios marianos en la costa del Valle de Güímar. Es decir, las dos se apoyan básicamente en el mismo concepto. Al analizarlas lo primero que nos llama la atención es que en sitios tan cercanos se lleven a cabo dos fiestas, que podemos llamar paralelas, y cuyo motivo central es en definitiva el mismo. Probablemente la única razón de peso para que exista una celebración a la Virgen de Candelaria a escasos kilómetros del santuario principal es que esta fiesta tiene lugar en el escenario original de la aparición. Esa es la principal singularidad de El Socorro y su fiesta frente a Candelaria, la de conmemorar unos hechos en el lugar donde acontecieron. Singularidad que probablemente movió a los güimareros a la fundación de la Ermita del Socorro diferenciada de la cercana Cueva de San Blas. La dualidad que se generó entonces dio lugar en ocasiones a malos entendidos e incluso litigios entre los párrocos de San Pedro y los responsables del culto a la Virgen de Candelaria. Las causas de las desavenencias fueron diversas (se especificarán más adelante), pero en general, desde Candelaria se elevaronquejas acerca de los reiterados intentos de los de Güímar por atraerse a los devotos del Real Santuario. En un plano más popular, podemos constatar que, aún hoy en día, cuando preguntamos a distintos grupos de población de Güímar su opinión sobre el origen de ambas Vírgenes, no suelen darnos una explicación coherente. Generalmente se muestran confundidos y procuran no buscar argumentos que atestigüen la autenticidad de una pues los mismos pueden ir en detrimento de la otra (ambas son muy veneradas).

También hay excepciones, como es el caso de doña Blasina Leandro Pérez, de 86 años, vecina del barrio de San Juan y una de nuestras informantes más valiosas, porque como ella misma nos ha comentado, está bajando a El Socorro desde la edad de 4 años, época en que la llevaba su abuela. Blasina, aunque no dispone de datos históricos, resuelve el problema de la existencia de dos imágenes de una forma bastante airosa. Nos lo explica así:


“...decían siempre que la Virgen de Candelaria apareció y se la llevaron los candelarieros, ¿sabes?, y después hicieron y pusieron a la Virgen del Socorro, para tener también a la Virgen del Socorro allí, pero la Virgen es la misma...”


De un origen común las dos fiestas han seguido procesos diferentes, de ahí sus profundas diferencias formales. Algunas veces los cambios de una de ellas han repercutido sobre la otra. La pérdida de la imagen original de La Candelaria durante el aluvión de 1826 influyó en El Socorro decisivamente. A raiz de este hecho la fiesta sufrió algunas de las modificaciones más importantes en su desarrollo y aspecto actual. Artífice de las mejoras y verdadero promotor de la fiesta fue el Dr. D. Agustín Díaz Núñez. El consiguió operar el cambio definitivo, salvo situaciones excepcionales, en la fecha de la celebración. Aprovechó para ello el decaimiento de la fiesta de la Natividad de la Virgen, una de las cuatro antiguas fiestas antiguas del santuario de Candelaria, y el incendio de la Ermita de las Mercedes de Abona, ambas celebradas el 8 de Septiembre. Al situar la fiesta en fecha tan favorable se consiguió un periodo de apogeo, durante el cual se atrajo a El Socorro muchos de los romeros que acostumbraban ir a Candelaria o a Las Mercedes de Abona. Podemos decir que el Dr. D.Agustín Díaz Núñez terminó de dar forma definitiva y auge a la fiesta. Esa labor tuvo sus detractores en los párrocos y mayordomos de Candelaria que en más de una ocasión alegaron ante la autoridad eclesistica que los güimareros querían atraerse a los devotos de su imagen. El propio cambio de fecha fue un motivo para ello. Otro de estos episodios tuvo lugar cuando se decidió imprimir unas estampas alusivas a la Virgen del Socorro, se recogía en ellas el momento de producirse el milagro que danombre a la advocación, para ello se reprodujo la perdida imagen aparecida a los guanches, sostenida por el mencey de Güímar ysus sigoñes.

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Lo que más nos llama la atención en todo el litigio suscitado es que la causa del mismo fuera que aparecieron guanches en las estampas. Tanto el cura de Candelaria como el de Güímar debían intuir que una parte de la popularidad de las imágenes de sus respectivas iglesias procedía de su relación con los antiguos habitantes de la isla, figuras atractivas a los ojos del pueblo que veía en ellos a unos antepasados ciertos o míticos. En la actualidad la relación de ambas Vírgenes con el pueblo aborigen se continúa con la existencia de las Cofradías de los Guanches.


La pervivencia del paisaje, hasta hace relativamente poco tiempo en El Socorro, ha permitido que la presencia de los guanches (es decir, de integrantes de la Cofradía de los Guanches) no resulte demasiado anacrónica durante la fiesta. Algo que en Candelaria resuta quizá forzado debido a la fuerte urbanización del espacio. La causa de esta modificación del paisaje y en general la causa de la evolución de la fiesta de Candelaria es, probablemente, su carácter insular y oficial, un condicionante que le ha ido confiriendo un aspecto más urbano, más civilizado que el que presenta la fiesta de El Socorro. En El Socorro, por el contrario, los aspectos oficiales han influido muy poco en la fiesta. Desde los primeros momentos ésta fue llevada a cabo de una forma popular casi espontánea. Aún hoy en día la intervención oficial, por ejemplo del Ayuntamiento, es mínima.


Los aspectos tradicionales de El Socorro se conservan o se han conservado vivos hasta estos momentos porque no son arbitrarios, cumplen un papel importante en la fiesta. A veces la razón determinante está relacionada con el programa religioso que se ha de seguir, en otras ocasiones surgen para dar vistosidad pero algunas de las costumbres ms interesantes son más prosaicas y aparecieron para satisfacer las necesidades que plantea una fiesta alejada del núcleo de población y en un medio ambiente ciertamente difícil, muy ventoso, extremadamente seco, etc. Como todas estas características no se encuentran en estado puro hemos realizado una clasificación de las tradiciones atendiendo a sus elementos primordiales. El resultado es un análisis, que pretendemos sistemático, pero que puede no dar una idea clara de la fiesta a quien no la conozca, pues en él ésta aparece diseccionada en partes sin formar un todo. La posible desconexión entre los diferentes aspectos se supera con la lectura del capítulo “Ritual y Simbolismo en la Fiesta de El Socorro” de Pilar Fariña Rodríguez, en este mismo volumen. Los contenidos que pasaremos a exponer quedan articulados en seis grupos:


El agua.

El paisaje. El medio natural.

El elemento vegetal.

La organización de la fiesta.

El teatro. Los rituales.

La música.



EL PAISAJE. EL MEDIO NATURAL


En una fiesta que, como argumentábamos en la introducción, se desarrolla en el escenario natural donde ocurrieron los hechos que conmemora, los sucesivos paisajes que la arropan son fundamentales. Pasemos a estudiarlos siguiendo la cronologia y trayectoria que se sigue durante la fiesta. Comenzaremos por tanto por el Camino del Socorro, marco del primer y más multitudinario acto, la Bajada.


El Camino del Socorro


El pueblo de Güímar se desarrolló en un primer momento en la zona alta, en el barrio de San Juan o Güímar de Arriba. Posteriormente comenzó a formarse el núcleo de población principál alrededor de la Iglesia de San Pedro, ya en la zona baja, llamada de antiguo El Tanque. De este núcleo primero partieron dos prolongaciones. Una con una urbanización de caracteristicas populares que se dirige a la cumbre, formando la calle de San Pedro Arriba, terminada en la Capilla del mismo nombre. La otra prolongación se dirige a la costa. Se trata de la calle de San Pedro Abajo que termina en su Capilla homónima y presenta una urbanización más estudiada que la anterior. Resumiendo podemos decir que Güímar, aparte de los barrios periféricos, está articulado formando un eje que va de Este a Oeste en cuyo centro encontramos el núcleo original, San Pedro, que se prolonga hacia la cumbre formando el barrio de San Pedro Arriba, y hacia la costa el de San Pedro Abajo.


Esa forma dual del pueblo que se ha mantenido hasta nuestros dias, nos habla de los espacios de donde éste extraía sus recursos. El pueblo fue creciendo siguiendo los dos caminos que, tras agotar las medianías, conducían a las zonas de abastecimiento de materias primas naturales. No existen dudas de la utilidad del camino que conduce a la cumbre, más problemático resulta el que conduce a la costa. No podemos considerar El Puertito como meta de esa ruta pues, aunque posee alguna construcción de una cierta antigüedad, es un poblamiento de consolidación relativamente reciente. Si observamos el viario nos damos cuenta que las calles que conducen al Puertito son sucesivas desviaciones de un camino principal, que por otro lado, presenta un nivel de construcción antiguo más denso. Deducimos por tanto, que la meta que seguía la mitad de abajo del pueblo en su crecimiento era El Socorro.


En cuanto a utilidades prácticas El Socorro es bastante limitado. Nunca se consolidó como núcleo pesquero y su aprovechamiento agricola data de nuestro siglo. Realmente los recursos que proporcionaba El Socorro estaban relacionados con prácticas heredadas de los aborígenes como el marisqueo, la pesca de bajura y el pastoreo de rebaños durante el invierno. Prácticas realizadas por los grupos sociales económicamente más débiles, en su búsqueda de aportes complementarios a una dieta deficitaria.

Yo llevo transitando El Socorro desde que tenía 5 años, que mi abuela me llevaba, así al cuadril, para ver la caza de las morenas, por la cruz para abajo. La caza de las morenas es cuando se ajuntan entre el callado y les ponen la carnada y después vienen todas las morenas para llevarlas, así unas pintadas y otras sin pintar... “

Testimonio de Blasina Leandro Pérez, 85 años, Vecina del Barrio de San Juan.


Este escaso aprovechamiento condicionado por las difíciles condiciones climáticas, nos hacen pensar que el interés de los primeros habitantes de Güímar por El Socorro, tan decisivo que determinó la forma urbana del pueblo, debía ser otro que el puramente material. Pensamos que dicho interés es en gran parte explicable por el hecho religioso, por la aparición de la Virgen, consolidado luego con las periódicas peregrinaciones origen de la fiesta actual. Interés que vemos reflejado aún hoy en dia, pues aunque las condiciones climáticas siguen siendo críticas, y los servicios urbanos de todo tipo, insuficientes, muchos güimareros han decidido establecer su segunda o incluso habitual residencia en El Socorro, aunque para ello deban infringir las más elementales normas urbanas.


En el Libro de Fábrica de la Cofradía del Socorro encontramos la primera mención del arreglo del camino en el año 1847. "...Por una peseta un peón de limpiar el camino y la inmediación de la Hermita... ".


Siguiendo a Octavio Rodríguez Delgado (en su Notas para el Expediente de Declaración del Camino del Socorro como Sitio Histórico, tituladas: "La Romería y el Camino del Socorro Memoria Histórica”), podemos considerar que el camino utilizado tanto en las antiguas peregrinaciones como en la Actual Bajada, parte de la Plaza de San Pedro y recorre las calles de San Pedro Abajo y el Calvario para dirigirse hacia El Socorro, aunque se le conoce propiamente por Camino del Socorro cuando abandona las últimas casas del núcleo de población y comienza a discurrir por entre las huertas de las afueras del pueblo. Nosotros consideramos que la Bajada tiene un trayecto previo, el que realizan los vecinos del pueblo de Arafo que se ponen en marcha, en grupos organizados o individualmente, con la antelación suficiente para llegar a la Plaza de San Pedro a tiempo de ver la salida de la Virgen en el Atrio de la Iglesia de San Pedro. Ese momento, que algunos han esperado durante toda la noche, anunciado por los repiques tradicionales y precedido de una función religiosa, es el punto de arranque de una fiesta que ha de durar las siguientes 36 horas. Hace unos años la Bajada daba comienzo a una hora más temprana. Muchos de nuestros informantes lo recuerdan y echan de menos el ambiente que se vivía, cuando la Virgen salía, entre las penumbras de la madrugada. “A mi lo que me gustaría es que hicieran la salida de la Virgen a la hora en que salia antes, porque era muy bonito. Cuando llegaba a la Asomada estaba el sol rayando, eso era una preciosidad ". Así lo recuerda doña Servanda Rosa Reverón.


El Atrio y Plaza de San Pedro pueden considerarse como el centro simbólico de Güímar. Allí se alzaban las casas de las familias más ilustres del pueblo y la primera Casa Parroquial. Por desgracia muchas de ellas no existen en la actualidad.


El grabado de J.J. Williams, que aparece reproducido en la Primera Estancia en Tenerife de Sabino Berthelot, es la primera representación gráfica de la Plaza de San Pedro. En él ya se puede apreciar su carácter de espacio-camino. Realmente la plaza es el punto final, la prolongación magnificada de la Calle de San Pedro Abajo. El ajardinamiento primero, a finales del siglo XIX, con plátanos, y los ajardinamientos posteriores con laureles de indias, respetaron esa concepción convirtiendo la plaza en una rambla peatonal rodeada por una vía rodada que la circunvala. Aquella característica se aprovechaba en las celebraciones cívicas, sociales y religiosas (paseos, conciertos, entierros, procesiones, etc). Para el trayecto de algunas procesiones, en especial la de El Socorro, se utilizaba la rambla central, mientras que en otras se circunvalaba por la vía rodada. Hasta los años 60 se mantuvo esa disposición. La remodelación que sufrió la plaza en aquel momento la convirtió en un espacio cerrado, impidiendo que funcionara nuevamente como rambla. Desde entonces la Virgen del Socorro no utiliza la Plaza de San Pedro como trayecto procesional, baja por la calle de la derecha y sube por la de la izquierda. La excepción fue el año 1987, pues para la coomemoración del 150 aniversario del último cambio de fecha de la fiesta, se colocó un pabellón en el centro de la plaza bajo el cual pasó el trono de la Virgen. Tras pasar por la plaza la comitiva transcurre por la calle de San Pedro Abajo.


La calle de San Pedro Abajo fue el lugar donde fijaron su residencia algunas de las más pudientes familias güimareras, en contraposición con San Pedro Arriba, más popular. Como ya hemos comentado en este mismo apartado, su urbanización está estudiada, su trazado es recto y antecede a la plaza. Aún se conservan algunas hermosas fachadas que dan a la calle y casonas rodeadas de jardines en sus proximidades. Recordemos la enorme ceiba que crece en el jardín de la antigua casa del poeta local don Arístides Hernández Mora.


Un hito importante lo constituyen la plaza y Capillas de San Pedro Abajo. La Capilla más antigua fue edificada por acuerdo tomado entre los vecinos a fines del siglo XVIII. Muy similar a la de San Pedro Arriba, aunque mayor que ella, presenta una hermosa puerta trabajada a base de balaustres de madera, que ocupa casi toda la fachada. Nos recuerda a las capillas abiertas o capillas posas sudamericanas, cuya gran puerta abierta permitia una masiva afluencia de asistentes quienes, desde el exterior, podían presenciar los Oficios Divinos. Se solucionaba así el problema de evangelizar a un gran colectivo sin necesidad de una gran edificación. Probablemente la tipología que presenta esta capilla güimarera responda a una problemática similar. Una vez cada dos años, cuando las fiestas patronales caen en año impar, le toca a este barrio organizar la celebración.


En los años 60 de este siglo, los vecinos consideraron que la pequeña planta cuadrada de la vieja Capilla era insuficiente. De esa fecha data la nueva. Ésta dispone de un espacio relativamente amplio donde hay sitio para un pequeño presbiterio, separado mediante gradas del resto del templo, coro alto, sacristia y servicios anejos. También dispone de campanario. Su estilo es heredero del arte neocanario de la posguerra.


La plaza, antes de tierra y con laureles de indias, también fue remodelada. Presenta un estilo acorde con la Capilla nueva y está ajardinada con flamboyanes y jacarandás.


En algunas ocasiones la Capilla vieja está abierta y adornada para el paso de la Virgen del Socorro. Cuando esto sucede los cargadores ejecutan un giro de forma que el trono queda enfrentado a la puerta de la Capilla y, tras unos segundos, hacen tres reverencias a la imagen que allí se venera, actualmente se conserva en ella una imagen en escayola seriada de Nuestra Señora de la Piedad. Esto lo hemos visto en la Subida, que es más pausada y ceremonial, el carácter de traslado rápido de la Bajada no se presta para estas cortesías.


A medida que nos alejamos de la Plaza de San Pedro las construcciones son más populares. Esto es evidente en el barrio de Los Majuelos y El Calvario, donde se alza una sencilla pero agradable capilla a la Santa Cruz. Su pequeña planta está cubierta por una bóveda de medio cañón y rodeada por una tapia que encierra un mínimo jardin. En la fachada un frontón clásico adornado con copas y rematado por la Cruz. También ante esta Capilla hemos presenciado la reverencia.


Dejada atrás la Capilla del Calvario sólo nos separa un pequeño tramo de "Las Tanquillas", nudo donde se encuentran numerosas conducciones de agua de riego para las tierras de medianía baja, lo que se denomina en Güímar "La Costa". Allí puede darse por terminada la vía urbana, de hecho es el lugar donde oficialmente comienza el Camino del Socorro, así lo atestigua la placa colocada por el Ayuntamiento. La densidad de personas que ocupaban toda la calle de San Pedro Abajo se aclara porque muchos grupos, entre ellos las parrandas, se adelantan para ir a su aire.


Mientras la Bajada discurre por la zona urbana se organiza en forma de procesión tradicional. El cambio de paisaje, en La Asomada, desde donde se divisa parte del Camino por recorrer, genera también un cambio en la marcha que se hace más informal. Hace unos años, cuando la Bajada comenzaba más temprano que en la actualidad, el hito de La Asomada se remarcaba, porque los primeros rayos del Sol comenzaban a aparecer en esos momentos.


Se recorre una zona de medianías bajas transformada en un período bastante remoto por lo que presenta el aspecto de la explotación agrícola tradicional, abancalada a base de sucesivas terrazas protegidas por paredes de piedra seca y conteniendo la tierra de cultivo con una gran componente pumítica, "zahorra". Los cultivos tradicionales, parras y cultivos temporales papas, batateras, millo, etc, están siendo sustituidos por cultivos tropicales: aguacateros, papayeras, mangos, etc. Este paisaje que se presentaba exclusivamente agrfcola hace pocos años está transformándose. A los lados del Camino y cercanos a él aparecen numerosos chalés y casas de campo grandes, pensamos que, además del estupendo clima, contribuye al atractivo residencial, la cercanía de la ruta de la Bajada. Los propietarios de las explotaciones agrícolas que dan al Camino, y aún si están retiradas, esperan el paso de la Virgen para saludarla con fuegos artificiales. Por el rastro de los voladores en el cielo, los que se hallan alejados del núcleo de la Bajada saben por donde va la Virgen y pueden ir calculando el tiempo que falta para llegar a El Socorro.


Domina todo el recorrido el cono de la Montaña Grande hacia el que nos dirigimos y que representa una seña de identidad más de la fiesta. Cerca del volcán encontramos un hito que, aunque reciente, es importante en el Camino, el puente que cruza por encima de la Autopista del Sur y que marca la frontera entre el camino humanizado y el que se encuentra en estado más natural. El paisaje vuelve a determinar la marcha de la Virgen, en ese momento avanza a un ritmo ligero que no parará hasta llegar al Caserío.


Llegados a este punto parte de la gente más joven comienza el ascenso de la Montaña Grande. Es algo que se viene realizando desde hace poco más de veinte años y representa una alternativa a acompañar a la Virgen. Para los que empezaron esta práctica el carácter tradicional de la Bajada estaba emparejado con un sentido religioso propio de personas de más edad, que ellos no compartían. Corrían los años 60 y hasta Güímar llegaban los aires progresistas. No obstante su carácter religioso, la fiesta seguía teniendo mucho atractivo por lo que se buscó otro polo de atracción: la Montaña Grande. Después de subir la montaña la bajada es en carrera libre por lo que se produce una fuerte erosión en los frágiles materiales. Al principio, cuando subían unas decenas de personas las marcas dejadas eran fácilmente borradas por la acción del viento y en el transcurso de un año desapareclan. De hecho recordamos que para evaluar la cantidad de gente que podia haber subido observábamos en qué mes se borraban las huellas dejadas, si desaparecian antes de noviembre habían sido pocos, si duraban hasta después de Navidad, muchos. Hoy pueden subir varios miles de personas por lo que las huellas permanecen indelebles de un año hasta el siguiente en que una nueva bajada masiva aumentará su profundidad.


Mientras tanto, abajo el Camino comienza a rodear el cono de la Montaña Grande, pues ésta es el primer obstáculo que lo hace desviar de una línea casi recta desde la Iglesia de San Pedro. A lado derecho del Camino encontramos un medio poco alterado, es el Malpaís de Güímar, parte del cual está declarado Paraje Natural. Se conservan algunos tramos de empedrado, una obra de la posguerra donde se utilizó como mano de obra personas que cumplían condena, según nos informó uno de los propios empedradores.


Quizá es en esta etapa donde el paisaje tiene más trascendencia y se convierte en un componente fundamental de la celebración. El caminar cerca de la Virgen por un paisaje similar al de su aparición, reproduciendo las mismas acciones que las generaciones de güimareros anteriores es capaz de inducir un clima colectivo muy intenso. Todos los elementos son imprescindibles para recrear esa sensación cada año, las tabaibas, el Camino parcialmente empedrado, las viejas fincas de tomateros y hasta aspectos desagradables como "el vientito del Socorro".


El reencuentro anual con el paisaje coincidiendo con la Bajada, es decir en circunstancias gratificantes, ha hecho que cada uno de sus componentes adquiera a través del tiempo un valor subjetivo y un significado simbólico. Algunos elementos, como la flora, juegan un papel muy importante como identificadores del lugar. Las tabaibas, por ejemplo, aunque comunes a toda la costa Sur, tienen un papel protagonista en El Socorro que transciende del sentir popular. Incluso los artistas que han interpretado el tema de La Candelaria o El Socorro usan de ellas para situarnos. Derivadas, quizá, de su transcendencia en el paisaje gozan también de otras connotaciones..


El aspecto que presenta ese trozo de terreno la mañana del día 7 de septiembre no sólo sirve para darle un marco a la fiesta, de él dependerán los pronósticos del tiempo para el próximo año. Son las "cabañuelas" realizadas por la gente del campo y muy especialmente por los del Norte que para tal propósito ese día atraviesan la cumbre.


Domingo Martinez de la Peña en su libro Historia de Arico nos presenta un panorama a principios del siglo XIX, en el que podemos apreciar la importancia de las peregrinaciones de la gente del Norte hacia los tres santuarios marianos del Sureste de Tenerife, Candelaria, El Socorro y Abona:


"Al producirse la desaparición de la primera, en el año 1826, junto a la supresión del convento y el gran despojo sufrido en el santuano, los responsables del culto de las otras dos imágenes entraron en abierta rivalidad por atraer las famosas romerías candelarias. Esto dio lugar a un ruidoso pleito interparroquial, que no trataré aquí, coincidente con el incendio de la ermita de las Mercedes, en el año 1835, del que se apunta la posibilidad de no haber sido fortuito... “


Sea como fuere, el hecho es que El Socorro acaparó la deseada atención del Norte de la isla, durante un período importante del pasado siglo, hasta que Candelaria recuperó de nuevo su importancia. La consolidación de los diferentes pronósticos, las cabañuelas, puede datar de esa época. Hoy en día podemos decir que sólo aparecen de una forma testimonial, se reducen a observar si la Montaña Grande se presenta verde por su vertiente Norte o Sur, ello significará un año beneficioso para la comarca correspondiente. Era importante averiguar que dirección tenía el viento para lo que se tomaba un puño de arena, de la que abunda cerca de la montaña, y se dejaba caer lentamente mientras se abría la mano. También se suele decir que los del Norte se marchan de El Socorro contentos si el dia ha estado ventoso, porque es un augurio de año afortunado. De los otros pronósticos se recuerdan las características exteriores pero desconocemos el mecanismo por el que se interpretaban los augurios. Una constante era la dicotomía entre el Norte y el Sur, el beneficio para una zona implicaba el perjuicio para la otra.


“Los más viejos hacen cábalas sobre el porvenir agrícola del año venidero. La gente vieja supone que el viento, o el tiempo apacible, de cada 7 de septiembre en El Socorro, ha de tener influencia decisiva en los cultivos de la isla"".


Hace aproximadamente veinte años comenzó la planificación del Polígono Industrial "Valle de Güímar", proceso que ha afectado gravemente al Camino del Socorro. Sólo destacaremos aquellos aspectos que interfieren directamente con las costumbres de la fiesta.


Cerca ya del Socorro llaman la atención grupos familiares que, alrededor de un todo-terreno agrícola, reparten vino y comida a los participantes en la Bajada, se trata de los antiguos propietarios de fincas o pequeñas construcciones, hoy derruidas por el Polígono Industrial, que convidaban a los romeros y que conservan esa costumbre a pesar de que hayan pasado muchos años desde que fueron expropiados. Ellos localizan en el desmonte el que pudo haber sido su solar y lo utilizan como si nuevamente fuera su finca o su casa. Naturalmente saludan el paso de la Virgen con una salva de voladores.


Las obras de la Segunda Fase del Polígono tocaron en varios puntos al Camino del Socorro de forma que durante varios años hubo que desviarse de la ruta tradicional. Algunos devotos y personas preocupadas insistieron ante el Ayuntamiento para que se respetara el antiguo trazado o se tomara una determinación satisfactoria que terminara con la política de hechos consumados, por la que el Polígono Industrial iba destruyendo tácitamente la vieja ruta. Finalmente en el año 1989 el desmonte para una vía de penetración del Polígono, cerca del puente que cruza la Autopista del Sur, impidió definitivamente el acceso al Camino. Se solucionó haciendo una pista auxiliar, pero ese fue el primer año en que la Virgen pasó por una vía del Polígono. Aunque sólo fueron alrededor de cincuenta metros, sirvió para hacerse una idea de lo que podia representar la Bajada por una ancha avenida asfaltada. Resultaba frío, los coches se dejaban notar pues podían adelantar a la procesión sin dificultad, incluso se podía acompañar a la Virgen al volante. Generalmente los coches bajan antes o después del paso de la Virgen para no interferir con los romeros o devotos. Era evidente que la fiesta que conocíamos estaba pasando por momentos críticos. Parecía que los cambios eran ineludibles, incluso se conocla el trazado del futuro camino, ajustado a la trama ortogonal del Polígono y con fábricas a ambos lados.


En 1990 se organizó un colectivo formado por devotos de la Virgen del Socorro y personas interesadas en el conjunto de las tradiciones que forman las Señas de Identidad y la Cultura de Güímar para solicitar la declaración del Camino del Socorro como Sitio Histórico de Valor Etnográfico. Fue el comienzo de las actividades de la Asociación Cultural Patrimonio de Güímar.


El 20 de Octubre de 1990 los vecinos del pueblo de Güímar y de la Comarca del Valle de Güímar se manifestaron ante el Ayuntamiento para solicitar que se respetara en el futuro el Camino del Socorro. Fue una manifestación atípica anunciada con voladores, acompañada de albahaca y a la que acudieron gentes que nunca hablan participado en una protesta colectiva, destacaban las personas mayores. Los que se habían encargado de trasmitir su cultura al pueblo se sentían responsables de su pervivencia.


El 1 de Diciembre de 1990 se publicó en el Boletín Oficial del Estado, la Resolución de la Dirección General de Cultura de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de Canarias por la que se incoaba el Expediente de Declaración del Camino del Socorro como Bien de Interés Cultural con categoría de Sitio Histórico.


Existen dos posturas en el pueblo: por un lado puede resultar beneficioso que cambie la fiesta, un trazado moderno puede suponer muchas ventajas: posibilidad de una mayor afluencia de público, facilidad para usar coche, se eliminarían curvas, etc; otros piensan que la fiesta perdería su carácter y valor fundamental, porque sin el paisaje tradicional terminará por convertirse en una de tantas romerías estereotipadas y artificiales. Este debate ha tenido su repercusión en la fiesta. Para la Bajada de 1991 unos vecinos emparejaron con una suave pendiente el desnivel que produjo la obra del Polígono. Se pretendía recuperar el trozo de Camino inutilizado desde 1989, además se quería impedir que ese año la Virgen tomara definitivamente durante todo el trayecto las nuevas vías del Polígono. Llegada la mañana del 7 de Septiembre los romeros que precedían a la Imagen, muy numerosos por caer la fiesta en sábado, al llegar a la confluencia de los dos caminos (el viejo Camino del Socorro y la Vía de Penetración del Polígono Industrial) tomaban invariablemente el Camino tradicional. El nuevo camino (el del Polígono) era ocupado por los coches y las personas que asistían como espectadores. Al llegar la Virgen a la confluencia de los dos caminos, ante la general sorpresa, tomó la Vía de Penetración del Polígono lo que dio lugar a momentos de gran tensión y a una airada protesta por parte de los que ocupaban el Camino tradicional. En la Subida, un grupo fundamentalmente mujeres de mediana edad, se apostó en la entrada de la Vía de Penetración del Polígono impidiendo que el trono con la imagen se desviase del camino tradicional.


Durante la fiesta de 1992 la Virgen bajó y subió por el Camino del Socorro sin mayores contratiempos.


El 4 de diciembre de 1992, el Pleno del Excmo. Ayuntamiento de Güímar tomó el acuerdo de apoyar la moción de Nelson Mena Díaz en la que se solicitaba el mantenimiento del Camino del Socorro en su estado original y trazado actual, convirtiéndose en el límite del Paraje Natural Malpaís de Güímar.



REFLEXIÓN


Como ya indicábamos en la introducción, la fiesta de El Socorro pasó por un largo proceso de gestación, antes de tomar la configuración actual. En épocas relativamente recientes, por ejemplo a fines del pasado siglo, era sustancialmente diferente a como hoy la conocemos. El elemento que permaneció como nexo de las sucesivas concepciones de la fiesta a través del tiempo, fue la propia advocación, la Virgen del Socorro. Todos los demás aspectos: rituales, fecha de la fiesta, traslados de la imagen, etc; variaron sin suscitar mayores problemas referentes a la autenticidad o a la tradición.


Todo esto nos podría llevar a pensar que los futuros cambios en la fiesta tampoco deben ser traumáticos, y así sería si no se hubieran fijado ya unos tipos. Nos encontramos ante una fiesta madura que ha dejado la fase de evolución. Los ritos que en la actualidad se realizan han ido variando hasta llegar a un punto estable. Ha sido el pueblo el artífice de esa evolución, bien interviniendo directamente en ellos o bien sancionando con su acogida las novedades generadas por los organizadores de la fiesta. Las innovaciones más brillantes y unánimemente aceptadas, se han originado cuando los organizadores de la fiesta han conseguido sintonizar con las necesidades de expresión del pueblo. Es el caso del Dr. D. Agustín Díaz Núñez o de D. Miguel Castillo.


Como resultado de esa evolución, en la actualidad, en los ritos de la fiesta de El Socorro, podemos percibir símbolos que sintetizan algunos aspectos importantes a la hora de entender la idiosincracia singular de los güimareros. Por ejemplo el avanzar gozoso hacia el mar o hacia el agua, que es común a muchos pueblos isleños y que se evidencia incluso en la evolución de los sucesivos asentamientos poblacionales. Güímar se fundó en el alto barrio de San Juan y gradualmente ha ido bajando de cota. Hoy en día las nuevas residencias se ubican mayoritariamente en la costa.


También El Socorro es un símbolo de la reafirmación de la propia identidad. El Socorro es la fiesta íntima de Güímar y en ella se valora todo lo que puede ser considerado güimarero. Hasta la Virgen, aunque es una Candelaria, recibe un nombre particular, que responde a un milagro local. Incluso ostenta diferencias iconográficas notables, con respecto al icono orlglnal.


Como una reafirmación más, en El Socorro se valora el paisaje local. Los elementos del paisaje tienen importancia porque sirven de referencia para situar la celebración en un espacio concreto. A veces esa importancia se interpreta de forma jocosa, como los episodios picantes, relacionados con la dormida entre las tabaibas. Otras veces es más culta como la constante de representar el milagro que da nombre a la advocación en un escenario dominado por plantas locales como los cardones. Cardones que recordamos colocados cerca de la Virgen en el Campo de la Ceremonia hasta los años setenta.


Pero quizá el aspecto más patente y singular de El Socorro es su carácter popular. El culto a El Socorro desde el principio estuvo impulsado por el pueblo, sin apenas amparo oficial. Como para corroborar esto, la Virgen del Socorro no es la Patrona oficial de la Iglesia de San Pedro, honor que ostenta la Virgen de los Remedios, aunque el pueblo no sancionó con su actitud el designio oficial. No tenemos constancia de ninguna protesta o molestia popular cuando se suprimió, en la práctica, la fiesta de Los Remedios en beneficio de la de El Socorro. De hecho podemos decir que de no haberse producido tal cambio no hubieramos tenido demasiadas noticias de la Patrona oficial, la cual, tras ello quedó relegada al olvido durante muchas décadas.


A pesar de su predicamento popular, la Virgen del Socorro tampoco es la Alcaldesa de Honor de Güímar. Ese cargo fue reservado, por veleidades del destino, a la venerada Imagen de la Virgen de las Nieves de La Palma. Incluso el hecho de que en la fiesta se organice según la costumbre y en ella intervenga escasamente el Ayuntamiento, evidencia su carácter popular.


Quizá ha sido ese carácter popular, el que ha dado tanta importancia a la Cofradía de los Guanches. Ellos son los representantes de los aborígenes, tan atractivos y cercanos a las clases más humildes y populares de Güímar. No es de extrañar que mayoritariamente procedan del barrio de San Juan, o Güímar de Arriba, núcleo fundacional del pueblo. En la actualidad su calidad de simbolo del pueblo se ha reforzado con la incorporación de mujeres y niños pequeños a la cofradía.


Como hemos visto los ritos de El Socorro simbolizan a Güímar. Inconscientemente las distintas generaciones que han participado en la fiesta los han modelado, de forma que hoy son una representación de los arquetipos más profundos del pueblo. Podemos decir que en ellos se sintetizan partes esenciales y definitorias de la comunidad, sin las que ésta correría el peligro de perder sus señas de identidad comunes y sus nexos.


Es por eso que los cambios en la fiesta deben ser muy meditados, es imprescindible un cuidado especial. Sobre todo cuando no dimanan del deseo del pueblo.


Javier Eloy Campos Torres

El Camino del Socorro: Valores etnográficos, culturales y tradicionales.

camino de el socorro
En un nivel etnográfico, el Camino del Socorro aparece unido de una manera fundamental con la Bajada al Socorro, tradicional romería (una de las más antiguas de Canarias) que lleva a la imagen de la Virgen del Socorro hasta la playa de Chimisay el 7 de Septiembre (durante los últimos 162 años, antes se celebraraba en otras fechas), para allí conmemorar la aparición de la imagen de la Virgen de Candelaria a un grupo de pastores guanches, años antes de la Conquista de las Islas.

El Camino del Socorro sigue el eje longitudinal que enlaza el núcleo de Güímar con los barrios de San Pedro Arriba y San Pedro Abajo. A partir de este último y atravesando el barrio del Calvario, este eje se prolonga a lo largo del Camino hasta el caserío de El Socorro, en la costa, a unos 5 kilómetros.

El Camino del Socorro se puede considerar dividido en dos tramos de características bien distintas. Desde el barrio del Calvario en dirección al mar, el Camino está asfaltado y a su alrededor surgen pequeñas explotaciones agrícolas, fincas, y viviendas que en los últimos años han crecido en número.

Coincidiendo con su cruce con la Autopista del Sur TF-1, el Camino toma otras características. A partir de este punto, se dirige a El Socorro por un paisaje antiguamente agrícola y en estado actual de abandono (por la adquisición de los terrenos por el Polígono), junto al Malpaís de Güímar. Deja de estar asfaltado ser un camino de tierra con tramos de empedrado, algunos de ellos en buen estado de conservación.

Desde este punto inicial de encuentro del Camino con el Malpaís, durante la Romería del Socorro y desde hace unos veinte años un gran número de jóvenes suben al cono de Montaña Grande. En la raiz de esta práctica seguramente está la búsqueda de una alternativa a un sentimiento religioso no compartido por una juventud rebelde, hacia los años 60, que sin embargo sí compartía y comparte la experiencia de la romería. Después de subir a la Montaña, causando una fuerte erosión en el camino de subida, y de abandonar basuras de todo tipo en el borde del cráter, la bajada es en carrera libre por las laderas, lo que produce un fuerte impacto, mayor que el de la subida. Vegetación destrozada, fuertes barranqueras... huellas que actualmente y dado el gran número de personas que siguen esta práctica se mantiene todo el año, sin dar oportunidad para la recuperación natural de los destrozos.

Durante 1991 y 1992 por parte de la Asociación Cultural Patrimonio de Güímar y con el apoyo de la D.G. de Medio Ambiente se han realizado campañas suaves de mentalización e información destinadas preferentemente a jóvenes del Valle, con el objetivo de reducir paulatinamente esta práctica. Campañas que dados sus objetivos a largo plazo son difíciles de valorar pero que al menos han sentado precedentes.

En esta etapa del Camino el paisaje tiene una fuerte trascendencia y es un componente fundamental. El recorrido de la romería por un paisaje similar a aquel en que apareció la Virgen crea un intenso clima colectivo. El reencuentro anual con el paisaje coincidiendo con la Bajada ha hecho que cada uno de sus componentes adquiera a través del tiempo un valor subjetivo y un significado simbólico.

El aspecto que presenta este lugar la mañana del 7 de Septiembre no sólo sirve para dar marco a la fiesta. De él dependían los pronósticos del tiempo para el próximo año. Eran las cabañuelas realizadas por la gente del campo y muy especialmente por los del Norte que para tal propósito atravesaban la cumbre ese día.

En el conflicto y rivalidad que se dio el siglo pasado entre los tres santuarios marianos del Sureste: Candelaria, El Socorro y Abona, al producirse la desaparición de la imagen de Candelaria (1926) y el incendio de Abona (1635) durante un periodo importante del siglo pasado El Socorro centró la atención de los peregrinos del Norte de la Isla, hasta que Candelaria recuperó su importancia. Las cabañuelas pueden datar de esa época. Hoy sólo aparecen de forma testimonial, con observaciones sobre el estado de las vertientes de la Nontaña, la dirección del viento, etc.

A principios de los años 70 comenzó la planificación del Polígono Industrial Valle de Güímar, proceso que ha afectado al Camino del Socorro. Sólo destacaremos aquellos aspectos que interfieren directamente con las costumbres de la fiesta.

Las obras de la Segunda Fase del Polígono tocaron en varios puntos al Camino del Socorro, de manera que durante varios años hubo que desviarse de la ruta tradicional. Algunos devotos y personas preocupadas insistieron ante el Ayuntamiento para que se retomara el antiguo trazado o se tomara una determinación satisfactoria que terminara con la política de hechos consumados, por la que el Polígono iba destruyendo poco a poco la vieja ruta. Finalmente, en el año 1989 el desmonte para una vía de penetración del Polígono, cerca del puente sobre la autopista, impidió definitivamente el acceso al Camino. El nuevo recorrido pasaba por la calle del Polígono y más adelante retornaba al Camino por una desviación. Ese fue el primer año en que la Virgen pasó por una vía del Polígono. Aunque sólo fueron alrededor de 100 metros, sirvió para hacerse idea de lo que podía representar la Bajada por una ancha avenida asfaltada. Resultaba frío, los coches se dejaban notar pues se amontonaban a los lados de la calle e interferían a la comitiva, olvidando la vieja costumbre de bajar antes o después de los romeros. Era evidente que la fiesta estaba pasando por momentos críticos. Parecía que los cambios eran ineludibles, e incluso se conocía el trazado del futuro Camino, ajustado a la trama ortogonal del Polígono y con fábricas a ambos lados, aunque eso sí, con ajardinamiento, bancos de cemento, etc.

En 1990 se organizó un colectivo formado por devotos de la Virgen del Socorro y personas interesadas en el conjunto de las tradiciones que forman la identidad cultural de Güímar para solicitar la declaración del Camino del Socorro como Sitio Histórico de Valor Etnográfico. Fue el nacimiento de la Asociación Cultural Patrimonio de Güímar.

En Octubre de 1990 los vecinos de Güímar y pueblos de la Comarca organizaron una manifestación que culminó ante el Ayuntamiento para solicitar que se respetara el Camino del Socorro. Fue una manifestación atípica anunciada con voladores, acompañada de albahaca y a la que acudieron gentes que nunca habían participado en una protesta colectiva, destacando las personas mayores. Los que se hablan encargado de transmitir su cultura al pueblo se sentían responsables de su pervivencia.

En Diciembre de 1990 se publicó en el Boletín Oficial del Estado la Resolución de la Dirección General de Cultura de la Consejeria de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias por la que se incoaba el Expediente de Declaración del Camino del Socorro como Bien de Interés Cultural con categoría de Sitio Histórico.

Existen dos posturas en el pueblo: por un lado puede que resulte beneficioso que cambie la fiesta: un trazado moderno puede suponer ventajas y posibilidad de una mayor afluencia de público, facilidad para usar coche, se eliminarían curvas, etc. Otros piensan que la fiesta perdería su carácter y valor fundamental porque sin el paisaje tradicional terminará por convertirse en una de tantas romerías estereotipadas y convencionales.

Este debate ha tenido su repercusión en la fiesta. Para la Bajada de 1991 unos vecinos emparejaron con una suave pendiente el desnivel que produjo la obra del Polígono. Se pretendía recuperar el trozo de Camino inutilizado desde 1989 y además impedir que ese año la Virgen tomara definitivamente durante todo el trayecto las nuevas vías del Polígono. Llegada la mañana del 7 de Septiembre los romeros que precedían a la imagen, muy numerosos por caer la fiesta en sábado, al llegar a la confluencia de los dos caminos (el viejo Camino y la nueva vía de penetración del Polígono) tomaban invariablemente el Camino tradicional. El nuevo era ocupado por coches y espectadores. Al llegar la Virgen a la confluencia ante la sorpresa general tomó la dirección del Polígono, lo que dio lugar a momentos de tensión y a la airada protesta por parte de los romeros que seguían el Camino tradicional. En la Subida un grupo, fundamentalmente mujeres de mediana edad se apostó a la entrada de la vía de penetración del Polígono para impedir que la imagen se desviara del camino tradicional.

Durante la Bajada de 1992, la Virgen entre aplausos de la multitud, bajó y subió por el Camino del Socorro sin mayores contratiempos y así ha seguido ocurriendo desde entonces. Un pabellón conmemorativo marca el inicio de este tramo de Camino y una lluvia de cohetes saluda a la Virgen a su paso.

Asociación Cultural Patrimonio de Güímar.



Imágenes del Pabellón:

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Situación del suelo industrial en Tenerife.



  • Ocupación del suelo industrial. Datos del PIOT. Gráfico

  • Polígonos industriales del área capitalina. Primeros datos del estudio DAITEN.

  • Estudio DAITEN. Presentación de los datos del área metropolitana:

  • Selección de párrafos del documento: COMPROMISO POR EL DESARROLLO SOSTENIBLE DE CANARIAS. 20.2.2001.




Ocupación del suelo industrial.

Datos del P.I.O.T.

Uno de los argumentos que se aportan para justificar la urbanización del Área de Sensibilidad Ecológica anexa a la Reserva Natural del Malpaís de Güímar es la “urgente necesidad de suelo industrial en Tenerife”. Parece como si hubiera muchas empresas pendientes de implantarse en nuestro territorio y que no encuentran suelo industrial calificado en la Isla. Pero los datos que presentamos en esta tabla demuestran la falsedad de esa afirmación. Las cifras proceden del Plan Insular de Ordenación del Territorio (documento de este mismo año 2000), ya aprobado por el Cabildo; es decir, han sido encargadas o elaboradas por la institución insular que, se supone, las debería tener muy en cuenta para proyectar la utilización racional del escaso espacio disponible. Como se puede observar en el gráfico-resumen, existen 32 millones de metros cuadrados legales de suelo industrial en Tenerife, pero sólo 5 millones (menos de la sexta parte) se han parcelado y ocupado realmente. Y eso sin contar la “urbanización industrial” ilegal (por llamarla de alguna manera), que es muy importante y conocida en ciertas zonas.


Alguien puede argumentar que esos datos, aunque oficiales y públicos, están desfasados. Se puede responder:

1º) que los actualicen y hagan públicos otros más recientes, para favorecer un debate basado en razones, no en prejuicios ni en ideas sacadas de la manga;

2º) en cualquier caso, parece difícil - por mucho crecimiento urbanístico que se haya producido en los últimos años - que la ocupación del suelo industrial haya dado un vuelco como para desmentir la tendencia evidente que ponen de manifiesto los datos que suministramos









Polígonos industriales del área capitalina

Primeros datos del estudio DAITEN.


Esta tabla constituye un buen complemento a la anterior. En nuestro esfuerzo por localizar información objetiva y reciente para aportarla al debate, hemos podido acceder a una investigación en curso sobre los polígonos industriales del entorno de la Capital de Tenerife, el estudio DAITEN.


Como se puede ver, el municipio de El Rosario, vecino inmediato del Valle de Güímar (y de toda la Comarca Sureste) cuenta con 6 zonas legalmente programadas para uso industrial; es importante destacar que, en su mayoría, este suelo se encuentra vacante o en los inicios de su ocupación.


Santa Cruz de Tenerife cuenta con el mayor número de polígonos en funcionamiento (17), si bien es verdad que por su carácter pionero muchos se encuentran ya colmatados o próximos a la colmatación; en cualquier caso, los que sí disponen de suelo libre son precisamente los de los distritos 11 y 12 (antiguo municipio del Rosario), o sea, los más próximos al Valle de Güímar.


Por su parte, San Cristóbal de La Laguna cuenta con otras 16 zonas industriales recogidas en su planeamiento, que se reparten por la mayor parte del término municipal, aunque algunas de las que cuentan con mayores posibilidades de expansión corresponden también al sector del término que mira hacia el Sur de la Isla (Geneto, Los Baldíos, Los Majuelos).


Sería interesante completar esta información con datos de otros municipios colindantes (Candelaria, Arafo, Güímar, Tacoronte, Tegueste...).


También sería útil que la Asociación Mixta de Compensación hiciera públicos los datos de cuánto suelo queda sin ocupar dentro del propio Polígono Industrial Valle de Güímar, cuánto se ha vendido ya y a quién (¿empresas industriales?, ¿o rentistas que lo compran para venderlo a mejor precio?); y si esa Asociación o el Ayuntamiento de Güímar encargó algún estudio acerca del tipo de demanda industrial que hay ahora mismo, que les permita fundamentar su propuesta de urbanizar el A.S.E.

El Rosario

La Cañada
San Isidro - El Chorrillo
Suerte del Espino
Manzanas Industriales (MI-1, MI-2, y MI-3)
Manzanas Industriales (MI-4 y MI-5)
San Isidro, Unidades de Actuación 5 y 6

Santa Cruz de Tenerife (total: 17)

Montaña de Taco
Las Moraditas de taco
El Mayorazgo
Mercatenerife
Chamberí
Buenos Aires
Refinería
La Cervecería
Cueva Bermeja
Jagua
El Molino
El Pilar
Cuevas Blancas
El Chorrillo
La Monja
La Gallega
Periferia Alta

La Laguna

Los Baldíos
Bocatuerta
Las Torres de Taco
Valle Colino
Marcerol
Geneto 1
Geneto 4
Geneto 7
Geneto 13
El Rodeo
Guamasa 3 (La Cruz Chica)
Sur - Vega 1
La Piterita - Barranco González
Los Majuelos, Polígono 5
Valle de Guerra
Tejina 4


Estudio DAITEN

Presentación de los datos del área metropolitana: Santa Cruz, La Laguna, El Rosario y Tegueste.

JUEVES, 22 DE FEBRERO DE 2001


El 21 de febrero de 2001 se presentaron públicamente los resultados del estudio realizado en el área metropolitana, que engloba los municipios de Santa Cruz, La Laguna, El Rosario y Tegueste, por el consejero de Desarrollo Económico, Industria y Comercio del Cabildo tinerfeño, Miguel Ángel Guisado.

El documento, desarrollado a través de un convenio de colaboración entre la Corporación Insular y el Departamento de Geografía de la Universidad de La Laguna, ha dado origen, tras un año de trabajo, a un exhaustivo estudio del suelo industrial en el que se sientan las bases para la definición de la estrategia insular de mejora integral y promoción del espacio industrial.

El ärea metropolitana de Tenerife,, comprendida por los municipios de Santa Cruz, La Laguna, El Rosario y Tegueste dispone de un total de 9.125.639 metros cuadrados de suelo industrial de los que el 51% se mantiene sin explotar, como consecuencia del insuficiente grado de ejecución o urbanización.

  • Santa Cruz tiene un 57,7% de suelo industrial libre: 3.881.088 metros cuadrados.
  • El Rosario tiene un 58,9% sin ocupar: 320.799 metros cuadrados.
  • La Laguna tiene un 25,9 por ciento de suelo disponible: 478.082 metros cuadrados.



El profesor asociado del Departamento de Geografía de la Universidad lagunera, Vicente Zapata, precisó que el elemento principal de estudio se ha centrado en una ficha del área industrial que se ha diseñado, diferenciando un total de 41 áreas del área metropolitana. Respecto al diagnóstico del citado espacio, Zapata hizo hincapié en su complejidad, al estar integrado en un área en la que se da cabida también a residencias y otras actividades, al mismo tiempo que señaló está «muy fragmentado y discontinuo», detectándose desigualdades en las áreas, al pasar de zonas con importantes deficiencias a otras que funcionan muy bien.

La imagen general de los polígonos es «bastante negativa», de forma que los considerados como modelos representan un número muy reducido.

Entre las principales deficiencias detectadas están las viarias, de comunicación interna, la falta de integración con el entorno, la asimilación en muchos casos de los polígonos con vertederos, la escasa delimitación de las parcelas, de aceras, aparcamientos, así como graves problemas en la gestión de residuos.

Entre los objetivos de la estrategia del Cabildo para mejorar esta situación se incluye la ejecución o urbanización progresiva del suelo industrial calificado en el planeamiento municipal para ampliar la oferta a precios atractivos, la mejora integral y recualificación del suelo industrial, la integración y complementariedad del espacio industrial y la definición e implementación de una estructura permanente de información y gestión.

Las líneas de actuación recogen 28 iniciativas y más de 80 proyectos, que se centran en la revisión de la planificación territorial y ejecución del suelo industrial, mejora integral y humanización de dicho espacio y su adecuación medioambiental.
Otra actuación se centra en la integración, gestión y promoción de dicho espacio industrial, incluyendo la constitución de una oficina de promoción empresarial del suelo industrial.

La segunda fase de este estudio comenzará en abril y se extenderá al resto de la Isla.

Está previsto que se celebren, en breve, unas jornadas con el fin de dar a conocer el resultado del estudio a los colectivos interesados.


Selección de párrafos del documento: COMPROMISO POR EL DESARROLLO SOSTENIBLE DE CANARIAS. 20.2.2001.


Industria

16. La industria en las islas, sin contar las empresas productoras de energía, tiene escasa importancia, estando centrada básicamente en la alimentación y la elaboración de productos para el consumo interno, con bajo contenido tecnológico y escasa actividad de investigación. La importancia relativa del sector dentro del sistema productivo, aún incluyendo la producción energética, ha descendido en los últimos años hasta 14 puntos por debajo del promedio estatal, con un empleo igualmente decreciente, que representa actualmente el 8% de la ocupación de las Islas.

Escasez de suelo utilizable

41. Las islas tienen una dimensión reducida, especialmente en relación a las riquezas naturales que albergan y a la carga de población y turismo que soportan. Esa dimensión es aún inferior de la que se aprecia, porque los terrenos menos aptos para la actividad humana, por su riqueza o su geografía, como los espacios naturales protegidos, los terrenos situados por encima de los 1.200 metros de altura o las laderas con más del 30% de pendiente, suponen el 60% de la superficie insular, y si no se cuenta a Fuerteventura y Lanzarote, esa proporción asciende al 70%, quedando apenas un 30% susceptible de ser utilizado por el hombre para desarrollar sus actividades. Pero la mayor parte de ese 30% ya está siendo utilizado por el hombre, ocupado por la edificación, la urbanización, las infraestructuras y los cultivos, al punto que en el conjunto de las 5 islas más occidentales, sin Lanzarote y Fuerteventura, solo queda un 12% para su posible utilización. La extensión del suelo libre apto en Gran Canaria o Tenerife es inferior al ocupado actualmente por la urbanización; en La Gomera queda libre la mitad de la superficie que ocupan sus cultivos; en La Palma la superficie libre apenas representa el 15% de los terrenos actualmente en cultivo y ni un 20% en El Hierro. No nos queda materialmente territorio libre susceptible de ser utilizado, y eso sin contar con la necesidad material del espacio vacío, la absoluta exigencia de evitar el panorama insoportable de un territorio totalmente artificializado, en el que el hombre ha utilizado y transformado cada uno de los metros cuadrados de suelo que le rodean.

Urbanismo industrial

47. La urbanización industrial presenta problemas de atomización territorial, degradación infraestructural y escasa eficacia, al haberse en parte transformado en medio de acumulación de capitales enterrados en solares inedificados y ausentes del mercado.

Disminuir la carga de uso

93. Las islas, en su conjunto, están soportando una carga de uso que no solo es superior al del resto del estado, sino al de la mayoría de los territorios e islas similares, pero que actúa sobre un territorio que aún es excepcionalmente rico, a nivel mundial, en biodiversidad y en valores ambientales. De la riqueza natural de este territorio, por otra parte, depende el futuro económico de las islas, dado que sustenta su principal recurso económico, el turismo. Por ello, resulta imprescindible no aumentar, y reducir en lo posible, la carga de uso que pesa actualmente sobre el conjunto del archipiélago.

Espacios industriales

22. La reducción del despilfarro de suelo y la dispersión territorial de la industria pasa por la consolidación y rehabilitación de espacios adecuados para la implantación de actividades económicas que permitan diversificar y modernizar la estructura productiva de las islas, concentrándola en ubicaciones estratégicas que minimicen los impactos ambientales, atiendan la verdadera demanda existente y la proximidad a los centros de consumo y distribución y eviten los procesos de especulación, descoordinación y excedentes de suelo sin equipamiento adecuado, estableciendo el sistema de concesión como prioritario en los polígonos promovidos por las Administraciones Públicas.


Para leer el documento completo hacer aquí: Compromiso para el desarrollo sostenible