Revista Digital San Borondón.
martes, 25 de agosto de 2009
El colectivo ecologista señala que ante el deterioro que viene sufriendo el cono volcánico de la Montaña de Archaco, debido a la intensa circulación de miles de personas que transitan en un solo día y en pocas horas el sendero de esta montaña, hecho éste que sucede cada año durante la celebración de la tradicional Romería de del Socorro, en el transcurso de la cual muchas personas se desvían del camino romero para subir esta montaña, el colectivo ecologista Tabona exige a las autoridades responsables del cuidado y la gestión de la Reserva Natural Especial del Malpaís de Güímar, que pongan remedio a esta situación anómala.
En la opinión de este colectivo, la condición de espacio natural protegido es del todo incompatible con su uso como parque temático, que es el modo en que se usa por la mayoría de las personas que suben a la montaña ese día. Se calcula en unas 5500 el número de personas que subieron en la edición anterior.
Entre los impactos ecológicos que producen por el masivo tránsito de personas (hay que subrayar que en los últimos años han subido hasta con caballos) destacan los siguientes, el ensanche del sendero, que en algunos puntos supera los 2 m cuando debería de ser de 40-50 cm; corrimiento del suelo al tratarse de piroclástos y cenizas volcánicas acumuladas en una pendiente muy pronunciada; la compactación excesiva en algunos tramos, que impide el drenaje natural del suelo, hecho que ha provocado la formación de varias cárcavas o cañadas de escorrentía tras lluvias torrenciales, que van desde el sendero hasta el pié, siguiendo la pendiente de la montaña; la erosión de la corona del cono, donde tras el pisoteo, el viento fuerte y regular de la zona desplaza gran cantidad de material; la erosión del interior del cráter por pisoteo, perdida de vegetación y acumulación de arenas eólicas procedentes del impacto anterior; la pérdida y deterioro muy significativo de la flora singular de este paraje, que es de una tasa de reposición muy baja y la acumulación de desperdicios.
Todos estos impactos se agravan en la zona que se ha tomado como de bajada de la montaña, y que constituye el principal atractivo para las personas que ese día suben hasta la corona del volcán. Esta bajada, que se hace como diversión en si misma, y que sólo se practica ese día, se realiza en la dirección de la pendiente a lo largo de toda la falda de la montaña, con lo que el deslizamiento de materiales es muy superior que el que tiene lugar en el sendero de subida, la cantidad de material desplazado con esta acción se cifra en miles de toneladas. Además se da la circunstancia de que debido a la concentración excesiva de personas en la cumbre, muchas se aventuran a explorar otras alternativas, con lo que ya son varios los “toboganes” de este tipo que se han formado en la montaña.
Con todo esto consideramos que la situación, desde el punto de vista ecológico, es muy grave, pero destacamos que no lo es menos para la seguridad de las personas que practican esta actividad sin control. Los servicios de socorro han tenido que intervenir varias veces para evacuar a personas heridas durante el descenso.
Es urgente que las administraciones competentes hagan uso de su responsabilidad y corrijan esta situación insólita y peligrosa, no sólo para el ecosistema sino para la salud y seguridad de las personas.
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25 agosto 2009
El Colectivo Ecologista Tabona se pregunta si el Malpaís de Güímar es un ¿Parque Natural o Parque Temático?
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