La Carta Arqueológica de Güímar (1994) recoge la existencia de importantes yacimientos aborígenes en la zona que hoy comprende el área protegida, pero no consta ninguno en la zona de sensibilidad ecológica.
A pesar de lo cual para este sector del malpaís se conocen diversos yacimientos arqueológicos con distinto grado de conservación (es importante tener en cuenta que no están en la Carta).
Se enumeran a continuación algunas características de estos yacimientos:
a) Un tubo volcánico de amplias dimensiones utilizado con fines sepulcrales que actualmente se encuentra muy transformado y con signos claros de expolio.
b) Un tubo volcánico de amplias dimensiones con evidencias de su ocupación aborigen como espacio habitacional. En la actualidad presenta mal estado de conservación debido, entre otros factores, a su aprovechamiento como redil hasta fechas recientes, así como por la presencia de excursionistas y expoliadores.
c) Se constata asimismo, la existencia de importantes concentraciones de materiales arqueológicos aborígenes en superficie a lo largo de toda la zona de Sensibilidad Ecológica, que ponen de manifiesto la explotación prehistórica de todo el Malpaís. El repertorio ergológico lo compone principalmente fragmentos de cerámica, restos de fauna mastológica y malacológica, e industria lítica
Además de estas unidades, sobre todo A y B, pues como tales yacimientos han de ser respetados y protegidos, conviene tener en cuenta:
- La importancia histórica del Barranco de Chinguaro, muy transformado en esta zona, pero no por ello carente de interés, de hecho, hay restos dispersos de material aborigen en las cuevas y abrigos que se abren en este tramo del barranco.
- Otro aspecto a destacar de este enclave singular lo constituye un conjunto de evidencias que tienen un alto valor etnográfico (majanos, bancales, una era y otros elementos de infraestructura agrícola, incisiones en las tabaibas para la extracción del ”látex”.
VALORACIÓN FINAL
Para entender el significado prehistórico del Malpaís de Güímar, debemos partir de la premisa de que nos encontramos ante un único espacio (geográfico, biológico, pero también histórico) y que de manera coyuntural se encuentra actualmente dividido en dos entidades jurídicas distintas. Lo grave de la situación es que esta fragmentación de un territorio unitario es artificial y una parte del mismo no cuenta con protección de ningún tipo.
Los yacimientos de esta zona desprotegida informan, sobre todo, de la estrecha vinculación que debe aunar a todo este territorio, es decir su actual situación jurídica vulnera una unidad histórica que debemos defender de cara a ser rigurosos con el legado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario