La Bajada del Socorro es una fiesta que no necesita programa. Cambiante y a la vez repitiendo la misma estructura a lo largo de los siglos, los que participan en la Bajada conocen de memoria cada uno de los actos que se van sucediendo en los días 7 y 8 de septiembre. Sin embargo, en los últimos años desde el Ayuntamiento de Güímar, en colaboración en ocasiones con el Cabildo de Tenerife y Gobierno de Canarias, se ha editado un programa para incluir alrededor de los actos propios de la fiesta otras actividades y también para transmitir a los participantes mensajes de respeto por el medio natural que rodea la Bajada. Hay que recordar que un problema grave y de lenta solución relacionado con esta fiesta es la subida de numerosas personas al cono volcánico de Montaña del Socorro para después bajar a la carrera por la ladera este causando un impacto acumulativo en el terreno: erosión, destrozos en la vegetación autóctona, abandono de basuras, etc.
El programa del año 2001 incluye tres textos relacionados con los objetivos de esta página web (además de otros de carácter histórico sobre la fiesta y el Caserío de El Socorro) que presentamos aquí:
La Salutación del Alcalde recoge quizá por vez primera desde el inicio de la Crisis del Malpaís un reconocimiento oficial de que el Camino del Socorro es un límite natural del Malpaís como conjunto y también afirma su importancia histórica. (La cursiva en ese texto es nuestra)
El texto de Octavio Rodríguez (Doctor en Biología, Cronista Oficial de Güímar) recoge importantes motivos que justifican la conservación del Camino de El Socorro y de la zona de Área de Sensibilidad Ecológica. ya en una mesa redonda celebrada en junio Octavio Rodríguez, una de las personas que mejor conoce este territorio y sus valores naturales e históricos, opinaba que en estos momentos lo que se necesita es una solución definitiva: la conservación tal como propone también esta Plataforma. Octavio ha cedido este texto para su uso en esta web.
Por último, un breve texto recoge un llamamiento al respeto por el medio, como se viene haciendo desde hace ya 10 años.
Las imágenes del programa son fotografías de Sergio Montesino (Imagen de la Virgen y Ceremonia de los Guanches) y José Mesa (flora y paisajes del Malpaís). Recogemos dos de estas fotografías, con autorización de los autores.
SALUTACIÓN
Un año más El Socorro nos vuelve a llamar. Nos llama a través de múltiples señales que día a día nos recuerdan que la Bajada de la Virgen se acerca. Al anochecer nos llaman los repiques dedse la torre de San Pedro. El sonido de las campanas nos va recordando los días que faltan para que María del Socorro aparezca en la puerta de la Iglesia. Y al mismo tiempo que los repicadores interpretan su ancestral tajaraste crece nuestra ansiedad y emoción.
Hay que ser güimarero o querer mucho a la Virgen, para sentir el Socorro y emocionarse con la Fiesta. Experimentar una emoción sin límites al caminar cerca de sus andas, acompañándola en su recorrido hasta la Playa de Chimisay. Con Ella nos dirigiremos a la vieja Montaña Grande y junto a Ella bordearemos el Malpaís de Güímar, la ruta que hemos heredado de los guanches.
Preparémonos pues a encontrarnos con la tradición, con nuestras señas de identidad más sentidas; pero sobre todo preparémonos a reencontrarnos con nuestra Madre, María del Socorro.
Rigoberto González
Alcalde de Güímar
Foto: Sergio Montesino © 2000
EL MALPAÍS DE GÜÍMAR Y EL CAMINO DEL SOCORRO, PATRIMONIO DEL PUEBLO
La primera vez que, con uso de razón, me asomé al Mirador de Don Martín para contemplar el Valle de Güímar, una de las cosas que más me llamó la atención fue el cono volcánico que destacaba en su costa y el territorio desprovisto de edificios y cultivos que desde aquél se abría en abanico hacia el mar.
Poco tiempo después, cuando cursaba mis estudios en el Instituto de Bachillerato "Mencey Acaymo" tuve la oportunidad de acercarme a este lugar, al que en varias ocasiones bajamos corriendo desde dicho Centro, en las horas de Educación Física. Por entonces me sorprendía la enorme cantidad y la belleza de los cardones que sembraban el campo de lava y cómo los balos y tabaibas trepaban por las laderas de Montaña Grande. Poco tiempo después, un día de Romería, subí a la Montaña, como reto juvenil y sin que nadie me advirtiera por entonces que le estaba produciendo un grave daño a este singular Espacio Natural. Fue durante las visitas realizadas con motivo de la carrera de Biología cuando comencé a apreciar en toda su amplitud los enormes valores que encerraba el Malpaís sobre todo desde el punto de vista geológico, geomorfológico, botánico y zoológico.
Desde entonces inicié mi modesta labor de concienciación. Primero, durante mi paso por el Ayuntamiento, convenciendo a los compañeros de Corporación de que aquel campo de lava, picón, tabaibas y cardones poseía un incalculable valor, aunque muchos no le vieran una rentabilidad inmediata; así como frenando iniciativas como la de habilitar una balsa de aguas depuradas en el cráter de la Montaña o abrir una amplia carretera de conexión con el polígono industrial que mordiese sus faldas; y desde eI Patronato de este Paraje Natural, velando por su limpieza y conservación. Luego, desde mi plaza de profesor titular de "Flora y Vegetación Canaria" en la Universidad de La Laguna, he visitado anualmente el Malpaís de Güímar para mostrar su riqueza y originalidad tanto a alumnos como a compañeros de otras universidades españolas y extranjeras. Todos se asombran de que, en una isla sometida una acelerada transformación urbanística y agrícola de la zona baja, aún quede un trozo de costa virgen en el que se conserva uno de !os mejores tabaibales-cardonales de Canarias.
Este trozo de Valle ha sido visitado en los dos últimos siglos por prestigiosos naturalistas, como los célebres Webb y Berthelot en 1828. Desde entonces, han sido muchos los trabajos de investigación y divulgación que se han realizado en este Espacio Natural, sobre todo en la últimas décadas. Geólogos, geógrafos, ecólogos, zoólogos y botánicos han llevado a cabo tesinas, tesis doctorales y publicaciones que tienen como eje central eI Malpaís de Güímar. Sólo como ejemplo de su riqueza vegetal, que me concierne más directamente podemos reconocer en su litoral 92 algas y en su interior: 62 líquenes, más de una docena de briófitos, 156 plantas vasculares y 15 asociaciones vegetales.
Este Malpaís ha sufrido graves amenazas de destrucción total a lo largo del tiempo: construcción de un aeropuerto, extracción masiva de picón, establecimiento de una balsa de aguas depuradas y red de riego, ocupación urbanística y agrícola desde El Puertito y El Socorro, ocupación por un polígono industrial, etc. Afortunadamente, ha logrado sobrevivir a estas actuaciones y su declaración en 1987 como Paraje Natural, reconvertido en 1994 como Reserva Natural Especial, lo ha salvado oficialmente en su mayor parte. Si bien casi nadie discute ya el valor del área protegida y mejor conservada del Malpaís, con su tabaibal-cardonal intacto, no ocurre lo mismo con las zonas que han sufrido la actuación humana en distintas épocas, en su mayoría incluidas en el Área de Sensibilidad Ecológica (A.S.E.) que se extiende entre la zona protegida y el Camino de El Socorro.
Desde mi doble vertiente de botánico y cronista creo que el polígono industrial no debe sobrepasar el camino de El Socorro y adentrarse en dicha A.S.E., pues al contrario de lo que pudiera parecer esta zona es más biodiversa que el resto del Espacio Natural, ya que al tener actuaciones humanas abandonadas en diferentes épocas, posee un mayor número de ecosistemas (desde muy degradados hasta casi intactos), ocupados por distintas comunidades, que constituyen etapas de recuperación de la vegetación potencial, lo que le confiere un extraordinario interés científico y didáctico. Así, los terrenos de cultivo abandonados hace más tiempo ya se han colonizado por tabaibal dulce; los siguientes por tabaibal amargo, los algo más jóvenes por ahulagar-saladar y los más recientes por pastizal de chirate y barrillar; mientras que salpicando los antiguos cultivos y en los barranquillos quedan islotes ocupados por la vegetación potencial del cardonal. Por eso, cuando los urbanistas contemplan tan sólo una zona degradada de huertas, herbazales y matorrales nitrófilos, nosotros vemos a corto o medio plazo un tabaibal amargo, un tabaibal dulce o un cardonal. Dejando de intervenir en el territorio, dentro de medio siglo éste volverá a contar con un tabaibal-cardonal casi tan majestuoso como el de la zona protegida, pero si lo ayudamos lo tendrá mucho antes.
Desde el punto de vista histórico y etnográfico, la A.S.E. está atravesada por el Barranco de Chinguaro, por el que los guanches transportaron a la Virgen desde la Playa de Chimisay hasta la morada del Mencey Acaymo. Y está delimitada al Norte por el viejo Camino de El Socorro, que está incoado como Bien de Interés Cultural, pues desde hace casi cinco siglos los güimareros lo siguen para visitar anualmente a la Virgen del Socorro en su ermita; cuya festividad comenzó a celebrarse por la necesidad de agua para los cultivos de los vecinos, primero el 18 de diciembre, luego el 26 de ese mismo mes y, finalmente, el 8 de septiembre de cada año. Dicho camino parte de la Plaza de San Pedro y se prolonga por la calle de San Pedro Abajo hasta la Montaña Grande, para bordearla por el lado norte y dirigirse en línea recta a la ermita de la playa; su trazado inmemorial se ha respetado hasta el presente y es voluntad popular que se siga respetando en el futuro, tanto por su valor histórico como tradicional; además por él discurren las quince o veinte mil personas que se estima acompañan a la Imagen en su recorrido.
Por otro lado, si se instalasen fábricas en la zona más degradada, por estar más alta y cerca de la Montaña, se produciría un enorme impacto paisajístico, mientras que en la zona baja, donde los edificios podrían quedar más ocultos, la recuperación de la vegetación es más evidente y la mayor parte de las huertas ya están recolonizadas por un excelente tabaibal dulce, que no debe ser tocado. Por tanto, concluyo que el Camino de El Socorro es el Iímite ideal para la Reserva Natural Especial del Malpaís de Güímar y nada debe impedir que desde el mismo se contemple toda ella en su integridad, como los romeros han venido haciendo en el último medio milenio. El Ayuntamiento parece que empieza a manifestarse en este sentido y esperemos que el Cabildo y las demás entidades implicadas en el polígono industrial también lo vean así.
Sólo me resta llamar la atención a todos aquellos que acudan este año y los próximos a la Romería de El Socorro para que no suban masivamente a la Montaña y bajen corriendo por sus laderas, pues la erosión intensa y continuada en un corto periodo de tiempo tiene un efecto acumulativo y es irrecuperable. Ya nadie puede alegar ignorancia, pues desde hace años se vienen realizando campañas de mentalización, en las que se explica el deterioro que esta actividad produce en el Espacio Natural. Pero no pretendo hurtar a los güimareros el placer de subir a esa hermosa atalaya para contemplar el Valle de Güímar, lo que sí les pido es que lo hagan cualquier otro día del año, en grupos pequeños, y que suban y bajen caminando, despacio, por las viejas veredas existentes antes de que se pusiese de moda subir a la Montaña el día de la Romería, lo que ocurre desde hace tan sólo poco más de tres décadas.
El Patrimonio Natural es de todos, no exclusivamente de los actuales moradores del Valle, y debemos procurar que así como nos lo legaron nuestros antepasados, se transmita lo más intacto posible a las futuras generaciones, que tienen tanto derecho como nosotros a disfrutarlo. Que así sea.
Octavio Rodríguez Delgado. Cronista Oficial de Güímar.
EL SOCORRO, PAISAJE Y TRADICIÓN
La Bajada de El Socorro es una de las celebraciones más antiguas de Canarias. Gracias a ella en Güímar se han conservado tradiciones y costumbres de un alto valor para la cultura canaria. Muchos de estos tesoros históricos o tradicionales de la Bajada están muy relacionados con el medio natural por el que discurre. Un lugar agreste pero lleno de belleza. Un lugar en el que la naturaleza demuestra cada día que la vida puede desarrollarse en condiciones muy extremas.
Durante la celebración de la Bajada miles de romeros transitarán cerca del Malpaís de Güímar, un medio frágil con plantas y animales que deben sobrevivir bajo un clima riguroso. De todos nosotros depende que nuestro paso por el Malpaís no deje huellas negativas en el medio natural.
¡VIVE LA FIESTA SIN DEJAR HUELLA!
Cabecera de la página: Sergio Montesino © 2000. Imagen de Nuestra Señora de El Socorro. Reproducida con autorización del autor. (nuestro agradecimiento).
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